Una mujer del Reino Unido se ensució el brazo izquierdo con limpiahorno y, menos de una semana después, necesitó una cirugía porque la piel, los nervios y la carne se habían podrido.
Becky Page, de 25 años, se limpió con la remera la gota de limpiahorno Oven Brite que le había caído en el brazo y siguió ocupada con el aseo de su cocina en su casa de Minsterley, en el oeste de Inglaterra. Esa misma noche notó que tenía una roncha pero no le dio importancia.
«Tuve muy mala suerte. Primero porque no me picaba y segundo porque me quemó el brazo durante cinco días», explicó la joven al sitio Daily Mirror. Page nunca se dio cuenta del peligro que corría.
«Me había estado quemando el brazo toda la semana, que es por lo que se puso negro. Me había atravesado toda la piel y mató las terminaciones nerviosas de tal manera que no sentía nada», convino.
Page aseguró que su brazo «no ardía de manera constante durante la semana» pero mientras tanto el químico le estaba «pudriendo» el brazo. «Cuando lo vi todo negro pensé ‘uh, me hice algo malo'», expresó.
Eventualmente el agujero era tal que Page fue a la guardia del Royal Shrewsbury Hospital el 7 de marzo, donde descubrieron que el químico seguía activo por lo que le pusieron el brazo bajo la canilla de agua dos horas, que era lo que ella debería haber hecho en un principio.
Page fue derivada al Hospital Reina Isabel de Birmingham, donde eventualmente le retiraron el tejido muerto y le hicieron un injerto en la piel para reparar el brazo.
«Sólo quiero generar conciencia en la gente sobre los peligros de no seguir las instrucciones al pie de la letra», aseguró la joven una vez que hubo cicatrizado su lastimadura.