Por José Odisio
Concentrar tres días no garantiza que Newell’s gane, pero es una señal de entender el momento. Mantener un equipo parecido al del bochorno del domingo parece una locura, pero Bidoglio no tiene mucho más para poner. Cambiar desde lo táctico suena lógico, aunque no sucederá.
Newell’s afrontará el viernes un partido con pinta de final. Es cierto que no definirá nada en la tabla. A la vista hoy de los externos al Parque es intrascendente. Pero hay mucho en juego. Porque perder sería dramático, para el plantel, la dirigencia y el estado de ánimo de los hinchas. Y Newell’s necesita algo de paz.
El plantel bancó a Bidoglio. El ciclo está cumplido pero su continuidad de dos partidos está respaldada por los jugadores. Ahora deben bancarlo en la cancha, donde hace cuatro partidos ofrecen poco para ganar. Es el momento de cambiar, juego, actitud, cabeza.
Es difícil entender cómo un equipo que se lució con Boca y le fue bastante bien en el inicio de año se haya desarmado tanto. Lo físico influye, lo táctico también (Bidoglio cometió varios errores), la poca extensión del plantel ni hablar. Pero hay mucho de lo mental. Y eso se puede corregir. Tal vez estar tres días concentrados ayude. O no habrá mucho más para hacer.