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Terrorismo mundial

Expertos consideran que la fuerza propagandística del Estado Islámico perdurará


El grupo yihadista Estado Islámico (EI) perdió este sábado su autoproclamado «califato», pero sus brutales videos de ejecuciones seguirán atormentando al mundo durante años y servirán de modelo para sembrar el terror, afirman analistas.

En su apogeo en 2015, cuando el «califato» ocupó en Siria e Irak un territorio casi del tamaño de Reino Unido, el grupo sunita inundó las redes sociales con videos en los que mostraba terribles ejecuciones de soldados y civiles «infieles».

Hoy, con sus principales líderes muertos o huidos, sus combatientes vencidos, sus centros mediáticos destruidos, su otrora sofisticada maquinaria propagandística ha quedado prácticamente reducida a escombros.

No obstante, las imágenes de un soldado sirio aplastado vivo por un tanque, de un piloto jordano quemado vivo en una jaula y de otras innumerables atrocidades perdurarán.

«Claramente estas imágenes se quedarán grabadas en nuestras mentes, como se quedó grabado Al Qaida incluso después de la muerte de Osama bin Laden», estima Charlie Winter, investigador del Centro Internacional para el Estudio de la Radicalización (ICSR) del Kings College de Londres.

Sembrar el terror

El Estado Islámico no fue el primer grupo en utilizar la violencia como herramienta de propaganda. Al Qaida publicó el video de la decapitación del periodista estadounidense Daniel Pearl en Pakistán en 2002 y los carteles de drogas mexicanos también han grabado decapitaciones para sembrar el terror.

Pero la retórica a la Hollywood de los videos del EI, y el uso de Facebook, Twitter, YouTube y el servicio encriptado Telegram ayudaron a que sus clips tuvieran una mayor difusión.

El EI invirtió «mucho más tiempo, mucho más dinero, mucha más energía y mucho más capital humano en la producción de propaganda que otros grupos antes», explicó Winter. «Fue el pionero en la optimización e industrialización de la producción de la propaganda».

Según analistas, el grupo utilizó con mucha habilidad las redes sociales para radicalizar a miles de jóvenes musulmanes. Para ampliar su audiencia, utilizó hashtags populares, incluyendo algunas relacionadas con la Copa del Mundo de 2014 en Brasil y con el cantante canadiense Justin Bieber. Y paralelamente a los videos e imágenes de crucifixiones y decapitaciones que dominaban los titulares internacionales, otros videos del EI mostraban un aspecto más suave de la vida en el califato.

«La mayoría de los videos, y en general la mayor parte del contenido web producido por el EI en ese momento, eran en realidad contenidos utópicos, con los que trataban de demostrar que estaban tratando de construir un Estado utópico, una sociedad utópica», explica a la AFP Marc Hecker, experto en política exterior del Instituto Francés de Asuntos Internacionales (IFRI).