El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) inició una campaña para localizar a familiares de personas desaparecidas durante la dictadura militar, y así poder identificar a los más de 600 cuerpos recuperados que mantiene en resguardo en su sede ubicada en el predio de la ex ESMA.
«Si tu tía o tu primo, tu hermana o tu abuelo, tu mamá, tu papá o tu hijo desapareció entre 1974 y 1983, quizás sea uno de los cientos de cuerpos sin identificar que el EAAF tiene en resguardo», dice el video difundido a través de las redes sociales y spots de radio que se comenzarán a escuchar la semana próxima.
El equipo invita a esas personas a contactarse -de manera confidencial- al 0800 3453 ADN (236) para poder brindar una muestra de sangre que posibilite la identificación de los cuerpos que permanecen como NN (ningún nombre).
«Una sola gota de sangre puede ayudar en este proceso de identificación. No se trata de obligar a nadie. Es una decisión personal de cada familia, con sus tiempos y que se lleva a cabo de manera confidencial. A 43 años de la dictadura, aún sigue siendo una decisión difícil, pero buscamos que las nuevas generaciones tomen la posta», dice en diálogo con Télam Luis Fondebrider, miembro fundador del equipo y actual director ejecutivo de la organización.
A través de una línea telefónica -que funciona de lunes a viernes de 9 a 16- el EAAF orienta a los familiares sobre los pasos a seguir, y -según aclaran desde el equipo- «no implica ninguna obligación de dar sangre sino que abre distintas opciones» y, en caso de aceptar ofrecer la muestra, ésta «sólo se puede utilizar con fines identificatorios».
Hasta el momento, los antropólogos, arqueólogos, médicos y genetistas que conforman el equipo ya han logrado restituir la identidad de unas 750 personas que fueron desaparecidas durante la dictadura militar, a través del proyecto Iniciativa Latinoamericana, que se inició en 2005-, pero aún quedan más de 600 cuerpos y restos sin identificar.
«Es importante que estos cuerpos recuperen su identificación para poder darles una sepultura digna y mitigar tantos años de angustia e incertidumbre para las familias», indica Fondebrider, a cargo de un equipo que integran 50 personas en el país y que en mayo cumple 35 años de trabajo.
En el marco de distintas causas judiciales abiertas, los cuerpos fueron recuperados de cementerios -como el de Avellaneda o San Vicente-, de fosas clandestinas -como el Pozo de Vargas, en Tucumán- o encontrados en la costa del mar, y dados en resguardo al EAAF, que también lleva adelante la delicada relación con las familias.
Bajo cuidados especiales -como una temperatura adecuada, cámaras de vigilancia las 24 horas y circuitos antiincendios monitoreados-, los restos se encuentran guardados en el edificio Clyde Snow del Espacio Memoria y Derechos Humanos, en la ex ESMA, que fue cedido hace un año por Abuelas de Plaza de Mayo al EAAF.
Con una labor reconocida internacionalmente, el EAAF viene trabajando en el hallazgo de fosas clandestinas de la dictadura, la recuperación e identificación de personas desaparecidas, pero también en casos como el atentado a la AMIA, la investigación sobre la muerte de Carlos Menem hijo, el caso Maldonado y más recientemente la identificación de 112 soldados enterrados en el cementerio de Darwin, en las Islas Malvinas. Como peritos en causas judiciales, también colaboran en casos de femicidios, trata de personas y otros casos complejos.
También formaron parte de casos resonantes como la identificación de los restos de Ernesto Guevara De la Serna Lynch, más conocido como el Che Guevara, o los 43 estudiantes de Ayotzinapa, en México.
A fines del año pasado, el EAAF -que se financia a través de un convenio de cooperación con el Estado- anunció que iba a suspender sus actividades en el país debido a la falta de transferencia de fondos, pero en pocos días, el problema se solucionó.
«Esperamos que este año el proceso de transferencia de fondos sea más simple y fluido, porque tenemos mucho trabajo para hacer. Nos quedan por identificar a 10 soldados de Malvinas y tenemos muchos casos pendientes», concluyó Fondebrider.