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«Me había pegado antes pero no de esta manera, ahora pienso en mis hijos»


«Dios me dio una segunda oportunidad, me devolvió la vida, y ahora tengo que vivirla por mis hijos y por mi familia, son mi fortaleza». Natalia L. habla con las fuerzas que le quedan. Tiene la cara hinchada y llena de heridas, moretones en el cuerpo, y no pocas lesiones internas.

«Me había pegado antes, pero nunca de esta manera», rememora.

Natalia es la mujer de 33 años que la madrugada del jueves, Día Internacional de la Mujer, fue arrastrada desnuda por su pareja y padre de tres de sus hijos, y ferozmente golpeada en las calles de Díaz, el pueblo donde viven. Estaba en la casa de un amigo, en Lavalle y San Jerónimo, de esa localidad, donde irrumpió el agresor, imputado el viernes por tentativa de femicidio.

En la habitación de un sanatorio privado de Rosario, a donde fue derivada desde el Hospital Eva Perón de Granadero Baigorria, la mujer permanecía ayer en observación, acompañada de sus hermanos, Soledad y Brian G., de 24 y 28 años. Esperaban que un cirujano máxilofacial determinara a qué intervención debían someterla. Y allí habló con La Capital.

La mujer rememora ese momento atroz, «la paliza, las patadas, los golpes de puño, me puso una soga en el cuello y me arrastró de esquina a esquina. Me hizo abrir las piernas y me pegó, tengo el tejido hacia afuera, estoy inflamada, tengo afectados los pulmones y el hígado. No me quedó un solo diente de los de arriba», cuenta.

Múltiples fracturas

Tal como lo publicó este diario en su edición de ayer, Maximiliano V., de 31 años, sacó a Natalia a la calle, donde le dio tal golpiza que le produjo fractura maxilofacial, de mandíbula y laceración hepática. «Yo vi como un fogonazo, una luz muy intensa y se me cortó la respiración. Después, otra luz volvió a encandilarme, eran los focos de la policía. Sentí que me volvía la respiración y que estaba viva», dice. Y razona: «Vi la muerte de cerca, yo sé lo que es volver. Y ahora vuelvo por mis hijos y mi familia, que me acompañan».

La víctima ya había intentado otras veces terminar con esa relación, que ya era violenta. Dejaba a los chicos con su madre, trataba de no volver a la casa. Y hoy agradece que ese día, en la casa de donde fue arrastrada, no estuvieran sus hijos de 9, 8 y un año y medio. «No sé qué hubiese pasado si estaban ellos». Se asusta de pensarlo.

Tentativa de femicidio

La investigación del caso quedó en manos del fiscal Raúl Marcelo Nessier, quien le atribuyó a Maximiliano V. la autoría del delito de tentativa de femicidio. El lunes por la mañana se llevará a cabo la audiencia de medidas cautelares, en la que solicitará la prisión preventiva.

La imputación fue realizada en una audiencia celebrada el viernes en los tribunales de la capital provincial ante el juez de la Investigación Penal Preparatoria (IPP), Eduardo Pocoví. «La víctima es una mujer, pareja del imputado, quien sufrió graves lesiones en todo el cuerpo», informó Nessier. «El imputado le produjo fractura maxilofacial, luxo fractura de mandíbula y laceración hepática», le decía el viernes a este diario el representante del Ministerio Público de la Acusación.

Que el agresor quede en prisión es, para Natalia, un alivio. «Para mi seguridad y la de mis hijos», razona. Ya había intentado alejarse del hombre, no le gustaban «las juntas». Y asegura que la madrugada de la golpiza, estaba «drogado y había tomado».

A su lado, Brian, con sus 20 años y toda la impotencia, no tiene palabras. No puede contener la bronca: «Ni a un animal se le hace esto», dice.

Natalia se siente «mejor, nada que ver con lo que fue el viernes, y ni hablar del jueves», cuando se produjo el episodio y debieron llevarla desde el Samco local hasta el Eva Perón por el estado en que había quedado, que requería otra complejidad de intervención. Ahora puede hablar, va de la cama al baño sola, sosteniendo el soporte de los sueros.

Ayer, el Sanatorio Los Alerces, donde se encuentra la mujer, emitió un comunicado en el que afirma que «la paciente Natalia L. se encuentra cursando internación por politraumatismo. Actualmente permanece estable, en la sala general, siendo evaluada por múltiples especialidades médicas y a la espera de los exámenes complementarios necesarios para establecer su tratamiento definitivo». Se esperaba que en el curso del día se definiera si debía ser intervenida.

Fuente: La Capital