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Cervecerías artesanales, en auge pero en problemas: no escapan a la crisis


El rubro de las cervecerías artesanales, que se instaló fuerte en la ciudad desde hace varios años, afronta un presente complicado desde el cierre del 2018. Un fuerte aumento en los insumos y en la materia prima pone en jaque a varios locales, que deben ajustarse y sufren los coletazos de la situación macroeconómica, de la que no logran escapar más allá de que siga siendo una de las actividades preferidas de los rosarinos.

“No es una cuestión sólo de las cervecerías artesanales. Es una situación que acapara a todos los sectores”, dijo a CLG Esteban Schlimovich, de la Cámara Rosarina de Artesanos Cerveceros.

El sector cervecero artesanal representa un verdadero boom en Rosario y abarca actualmente cientos de emprendimientos en todo el país; genera unos 6.000 puestos de trabajo directos en las fábricas y otros tantos indirectos en bares, restaurantes, fabricantes de equipos y proveedores de insumos y servicios.

Sin embargo, en los últimos meses la situación se volvió más compleja. La materia prima, según afirman, aumentó prácticamente un 50% y desde la Cámara apuntan que se registra un descenso en las ventas. “Va de la mano con el proceso inflacionario. La gente cuida mucho más el bolsillo”, sostuvo Schlimovich.

“El presente de nuestra actividad no escapa al resto de las áreas de la economía. No es una isla esto. La materia prima ha aumentado un 50% en ocho meses, más o menos desde que se desató este serio proceso inflacionario. Hay que contemplar que para la producción de cerveza, salvo algunas maltas, se trabaja con productos importados”, relató.

A pesar de tener apenas el 3% del mercado de cerveza, las cervecerías artesanales lograron hacerse muy visibles. La zona más fuerte en la ciudad es Pichincha, aunque los locales se reparten en el micro y macrocentro, así como también en barrios periféricos y hasta en localidades vecinas.

“Hay que tener en cuenta también lo que son bienes de capital, que en su mayoría son de acero. Eso aumentó también, al menos, un 50%. Es complicado”, aseveró.

“Y a todo esto, por supuesto, hay que sumarle la caída general del consumo. No sólo pasa con la cerveza. La gente ha modificado sus hábitos de consumo y el rubro no le escapó a eso. Para colmo, si también se contempla que cualquier cervecero, si quiere crecer un poco, el único medio que tiene para hacerlo es el crédito, la cosa se acompleja un poco más. En este momento acceder a uno es algo prácticamente imposible y quienes estaban endeudados con uno ahora están mucho peor”, continuó, preocupado, Schlimovich.

“El panorama es complicado, sobre todo por el hecho de que trabajamos con productos importados, como lúpulos, levaduras y maltas especiales”, cerró.