El salón del automóvil de Ginebra, que se inicia el martes, está claramente dominado por los modelos eléctricos, prioridad de los constructores obligados a respetar las normas europeas de emisiones de CO2.
Ginebra se anuncia como una exposición de vehículos eléctricos, como los vehículos urbanos de Citroën y Honda, los SUV de Aston Martin, Audi y Mercedes, el coupé de Skoda, o incluso un escarabajo de Volkswagen…
Los constructores desvelan asimismo verdaderos lanzamientos, como Peugeot con su versión eléctrica de su 208, y Kia, con el nuevo crossover compacto e-Soul.
«La implantación del vehículo eléctrico ha sido anunciada varias veces en los últimos años. Esta vez ya es algo creíble» opina Ferdinand Dudenhöffer, director del Center automotive research, basado en Alemania.
Ello ocurre según él por dos razones principales: los nuevos umbrales de CO2 impuestos a partir del próximo año por la Comisión europea, en nombre de la lucha contra el calentamiento climático, y el «dieselgate», el escándalo de los motores diesel trucados de Volkswagen, revelado en 2015, y que redujo la cuota de motores diésel en las ventas.
«No habrá retorno al diésel, por tanto no queda más remedio que adentrarnos rápidamente en la era eléctrica», asegura Dudenhöffer.
Indispensable en China
Además, lo eléctrico se está convirtiendo en indispensable en China, el primer mercado mundial, bajo el impulso de las autoridades.
Y el constructor californiano Tesla se ha convertido en especialista de los autos de gama alta puramente eléctricos. Su Model 3 se ha impuesto en los últimos meses como el modelo «premium» más vendido en Estados Unidos, y que está presente en Europa desde febrero.
Ya hay algunos pioneros que se han adentrado en los autos eléctricos, como Renault y Nissan, así como los coreanos Hyundai y Kia, pero ahora son todos los constructores los que se ven obligados a tomar este camino.
«En Europa, los constructores invierten todos en lo eléctrico, incluso aunque no estén convencidos, y pese a vender con pérdidas» resume Tommaso Pardi, director de Gerpisa, grupo de investigación sobre el sector automotor.
Cada constructor se arriesga a multas de hasta 1.000 millones de euros si no respeta el objetivo de 95 gramos de CO2 por vehículo en promedio en toda su gama a partir del año próximo, según un estudio reciente del gabinete de asesoría BCG.
En el futuro, «si los constructores no venden suficientes coches eléctricos, estarán arruinados por las multas» advirtió el jefe del grupo francés PSA, Carlos Tavares, el lunes en el diario Le Figaro, donde compara los objetivos de emisiones a «una amenaza que apela a una reacción darwiniana».
El problema es que el mercado es aún embrionario. Aunque se vea favorecido por una mayor oferta en 2019 y sobre todo en 2020, hay un riesgo de oferta muy grande ante una demanda demasiado débil».
Pequeños volúmenes
«Más de 300 (tipos de) vehículos eléctricos están anunciados de aquí a 2025, es muy considerable» observa Thomas Morel, director adjunto de MKinsey.
En 2018, 25 modelos en Europa se disputaban un mercado que representaba apenas 1,3% del total de las matriculaciones, pese a un alza de las ventas del 50% respecto a 2017, según el gabinete Jato Dynamics.
El mercado «aumentará, pero vamos en seguir con pequeños volúmenes» a corto plazo, opina el experto Flavien Neuvy. «No sé como harán los constructores para respetar sus objetivos de CO2», agrega.
Nissan, con su modelo compacto Leaf, y Renault, con el modelo urbano Zoe, lograron el año pasado las mayores ventas de coches eléctricos en Europa. A nivel mundial Tesla es el líder.