El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, presentó este miércoles en el Congreso el mayor objetivo económico de su gobierno, un proyecto de reforma jubilatoria que obliga a los brasileños a aumentar una década de contribuciones y con el cual pretende ganar la confianza del mercado financiero, en medio de una crisis política en su gabinete.
La reforma necesita de un gran esfuerzo de negociación del gobierno ya que se trata de una enmienda constitucional y necesita y una mayoría especial de tres quintos de los votos en Diputados y en el Senado.
Bolsonaro llegó pasadas las 9.40 (misma hora que Argentina) al Congreso para presentar el proyecto al titular de Diputados, Rodrigo Maia.
El gobierno espera reducir el déficit fiscal con la reforma, teniendo en cuenta que según las cuentas del ministro de Economía, Paulo Guedes, en la próxima década el Estado no tendrá fondos para seguir funcionando como hasta ahora.
Con esta propuesta, Bolsonaro busca recuperar oxígeno político luego de haber echado del gobierno a su ex coordinador de campaña y ministro secretario general de la Presidencia, Gustavo Bebianno, por un escándalo con desvío de fondos públicos de la campaña del gobernante Partido Social Liberal (PSL).
Según los cálculos del gobierno, es necesario reformar el sistema previsional porque la población ha envejecido y la presión sobre las arcas públicas ya no se puede sostener.
En 2015, cada 100 personas en edad activa, había 11,5 jubilados, mientras que para 2060 esa relación será de 44,4, según proyecciones hechas por el ministro de Economía Guedes, un declarado defensor del sistema de capitalización, una propuesta que aún no se sabe si será parte del proyecto de reforma de Bolsonaro.