Un grupo de representantes del Barco de la Paz («Peace Boat») regenteado por una organización no gubernamental dedicada a difundir el testimonio de sobrevivientes de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki, le pidió este martes al intendente de Ushuaia que la capital fueguina se incorpore a la red global de «Alcaldes por la Paz», que promueve la abolición total de las armas nucleares en el mundo.
La solicitud fue realizada por una comitiva del «Peace Boat» que llegó a la ciudad del Fin del Mundo esta mañana para tocar el segundo puerto de Argentina (el primero fue Buenos Aires) incluido en un viaje de tres meses por 17 países de todo el globo.
La misma delegación, entre quienes se encuentra Junko Watanabe, una japonesa de 77 años que sobrevivió al ataque estadounidense en Hiroshima, le solicitó días atrás al gobierno argentino que se sume al Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, adoptado por la ONU en julio de 2017.
«Peace Boat» forma parte del cuerpo directivo de la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN) que ganó el Premio Nobel de la Paz en diciembre de 2017 por sus esfuerzos para alcanzar el tratado que promueve la abolición de este tipo de armamento de destrucción masiva.
«La organización se dedica a difundir alrededor del mundo los testimonios de vida de los sobrevivientes (Hibakusha) de Hiroshima y Nagasaki, pero también a construir una cultura de paz, promover derechos humanos y la sustentabilidad y el respeto por el medio ambiente», explicó a la prensa Adrián Godinez, uno de los representantes del barco de la paz.
Por su parte Kei Moriyama, comunicadora juvenil del emprendimiento y nieta de una sobreviviente, agregó que la misión persigue alertar sobre las «consecuencias reales» que produjo en la vida de las personas haber estado expuestas a radiaciones atómicas.
«Empezando por el gobierno japonés, pretendemos que las autoridades de todo el mundo pueden pensar este tema y se adhieran al tratado de abolición de armas nucleares, y que este mensaje pase de una generación a otra», sostuvo Moriyama.
En tanto, Watanabe les contó a los funcionarios fueguinos su experiencia como sobreviviente de la bomba de Hiroshima cuando tenía solo dos años, y el modo en que fue tomando noción de aquella experiencia a través del relato de sus familiares y de la lectura de testimonios de otros afectados.
«Siento que tengo que dar continuidad a las vidas que se truncaron por la explosión y por la radiación posterior, y seguir transmitiendo un mensaje de paz», afirmó la mujer.
A su vez, el jefe de gabinete del municipio de Ushuaia, Oscar Souto, quien recibió a la comitiva en representación del intendente Walter Vuoto, declaró que es «lícito y justo trabajar por la paz» y pidió que «la memoria sobre las ciudades japonesas bombardeadas sea universal».
Souto se comprometió a impulsar el proyecto para que Ushuaia se integre a la red de ciudades reconocida también por la ONU, y que se viene gestando desde 1982, cuando los alcaldes de Hiroshima y Nagasaki llamaron a sus pares de todo el planeta a solidarizarse en la causa del desarme nuclear.