Un grupo de al menos 50 personas debieron ser atendidas en el Hospital Domingo Funes de Santa María de Punilla, con dolores similares a cuadros de gastroenteritis, presuntamente por consumir agua en mal estado que era provista por la organización en los puestos de hidratación instalados en el predio del Cosquín Rock.
De acuerdo al testimonio de una joven que asistió el domingo al segundo día del festival, en declaraciones que ofreció a Télam, “el agua no estaba turbia, y tenía rico sabor, aunque me dieron muchos dolores de estómago, sin embargo no fue tan grave y no tuve que ir al hospital”.
Hay que considerar que ambos días del fin de semana la temperatura fue elevada en las sierras cordobesas y el calor hacía que fuera alta la demanda de líquido.
Asimismo, el supervisor de enfermería del hospital local, Daniel Cabanillas, dijo en una entrevista en Canal 12 de Córdoba, que hubo muchos casos y “la mayoría había estado en el Cosquín Rock. Estuvieron internados, con hidratación y medicamentos. Están todos dados de alta”. “Ayer al mediodía se fueron los últimos. Nos llamó la atención; en otros años no pasó”, contó Cabanillas.
Mientras que el intendente de Santa María de Punilla, Dardo Zanotti, aclaró que el agua que se consumió dentro del predio donde se desarrolló el festival no era de red, sino que era provista por camiones cisterna contratados por la organización.
“No es agua de red. Se compra en cisternas. Se entregó de varias formas, en dispenser y puestos de hidratación”, explicó. “Si hubo gente que tomó agua del río, esa es otra cosa”, señaló, al desligar responsabilidad sobre eventuales casos.
Por su parte, el productor y organizador del evento, José Palazzo, aseguró que trabajaron con “el mismo proveedor de los últimos seis años” y sostuvo que el agua que se brindó a los asistentes era “la misma que se toma en las oficinas de producción”.