Luego de conmemorarlo el 4, este 14 de febrero es la fecha elegida para celebrar su profesión y por ello, CLG dialogó con Matías Campilongo, quien hace 11 temporadas trabaja como guardavidas.
El 4 de febrero, en homenaje a Guillermo Volpe, quien falleció durante una tarea de rescate en 1978 en Mar del Plata, se conmemora el Día del Guardavidas. Sin embargo, tras años y confusiones ‘generacionales’, se dispuso que la celebración sea el día 14. “A mí me saludan los dos días”, explicó entre risas Matías Campilongo a CLG.
Cumpliendo su temporada número 11 trabajando, el guardavidas recomendó que “siempre” se sigan las indicaciones que ellos dan. “Somos quienes conocemos el lugar, por eso hay que respetar lo que recomendamos”.
Matías hizo el curso cuando tenía 18 años y, tras recibirse, comenzó a trabajar como guardavidas. Lleva once años en la profesión y desde hace cuatro que está en la Rambla Catalunya. Además, estuvo dos temporadas en España.
“Muchos que se van allá, hay oferta y está bien pago. El estar allá, viviendo y cobrando, te da la posibilidad también de viajar e ir a otros lugares. Lo que desde acá sale caro por los vuelos y costos altos, estando allá, es más accesible”, comentó.
Campilongo también es profesor de educación física, pero no ejerce: «Solamente me dedico a esto, en invierno también trabajo acá, en piletas», confió.
«En el río se reniega mucho con la gente alcoholizada y drogada, pero por lo general la gente respeta el río y las recomendaciones de los guardavidas», explicó sobre el trabajo que realiza día a día.
En la Rambla, cuentan con una lancha de rescate: «Hacemos bastantes. Desde la torre observamos la zona de baño y lo que pasa por fuera del río. Abarcamos desde la costa hasta la isla. Si se da vuelta algún kayak, o vemos que están complicados, agarramos los larga-vistas para saber cuántos son, si tienen chaleco y qué es lo que ocurrió»
«Si entró agua en el bote o se dieron vuelta, nos acercamos con la lancha, los levantamos y acercamos a la costa», completó sobre sus tareas.
Campilongo aseguró que «son los menos», pero que también hay personas que «toman mal» las recomendaciones que les dan los bañeros, «Después se dan cuenta que todos siguen las reglas y tarde o temprano también lo hacen», afirmó.
«Es importante nuestro trabajo para que la gente no se ahoge, muchos no saben nadar. Hay niños solos en el borde de la pileta o río y si no hay un guardavidas, la gente no se da cuenta cuando alguien se ahoga, nosotros sí. Por eso es fundamental nuestra presencia en cualquier espejo de agua», manifestó.
Por más que sean nadadores o personas de río o mar, la recomendación que dio Matías, en su día, es que «se respeten siempre las indicaciones del guardavidas» y que, ante cualquier duda, «se acerquen a hablar y preguntar».