El presidente venezolano, Nicolás Maduro, consideró que la Casa Blanca ha sido cooptada por una pandilla de supremacistas blancos del Ku Klux Klan y rechazó recibir ayuda humanitaria de Estados Unidos porque ello justificaría una intervención militar.
«Es una guerra política, del imperio de Estados Unidos, de los intereses de la extrema derecha que hoy gobierna, del Ku Klux Klan, que gobierna la Casa Blanca, que quiere apoderarse de Venezuela», afirmó el mandatario en una entrevista difundida hoy por la cadena de noticias británica BBC.
El mandatario agregó que a pesar del panorama, tiene la esperanza de que «este grupo extremista en la Casa Blanca sea derrotado por una poderosa opinión pública mundial».
Al ser consultado sobre si considera a Trump miembro de un grupo de supremacistas blancos, Maduro no titubeó: «Lo es (…), nos odian, nos menosprecian porque solo creen en sus propios intereses y en los intereses de Estados Unidos.
Sobre la ayuda humanitaria, afirmó que Venezuela tiene la «capacidad para satisfacer todas las necesidades de su pueblo» y reiteró que no permitirá que entren víveres de Estados Unidos porque ello supondría justificar una intervención.
La intención del presidente estadounidense, Donald Trump, «es crear una crisis humanitaria para justificar una intervención militar», afirmó Maduro. El mandatario recordó que la crisis en Venezuela se ha agravado por las sanciones económicas impuestas por Washington.
«Esto es parte de la farsa. Es por ello que, con toda dignidad, nosotros les decimos que no queremos sus migas, su comida tóxica, sus sobras», aseveró, citado por la agencia de noticias EFE.
Maduro, que asumió el poder en 2013, fue reelegido en mayo pasado en unas controvertidas elecciones en las principales figuras de la oposición tuvieron dificultades para participar.
El pasado 23 de enero, el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, fue proclamado «presidente encargado» por ese Parlamento, que está en manos de la oposición, que determinó que Maduro estaba «usurpando» el poder. Más de 40 países han reconocido a Guaidó como presidente interino y han reclamado que se celebren elecciones libres en Venezuela.
Maduro, que cuenta con el respaldo de de Rusia y China, insiste en que no hay necesidad de convocar elecciones anticipadas.