Un avión de una empresa británica tuvo que suspender su aterrizaje en Londres debido a un fuerte temporal que azotó a Londres.
La tormenta denominada Erik obligó a los pilotos de un Boeing 787 de la compañía British Airways a realizar maniobras para esquivar la fuerte lluvia que padecía el aeropuerto de Heathrow, en la ciudad de Londres.
Según medios del Reino Unido las condiciones climáticas que impuso Erik llevaron al viento a alcanzar unos 160 kilometros por hora y eso ocasionó que la aeronave deba ganar altitud nuevamente luego de tocar pista.