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Líder de la banda

Detuvieron en Madrid a un argentino, considerado el mayor falsificador de España


Un ciudadano argentino de 70 años que llegó a utilizar tres identidades falsas fue detenido este jueves en Madrid como acusado de liderar la banda más importante de falsificadores de documentos de España, la cual abastecía especialmente a marroquíes para poder ingresar a ese país, informó la Policía Nacional.

El sospechoso, llamado Néstor A.,  su hijo y otra decena de personas fueron apresados luego de casi un año de investigaciones que terminaron cuando se encontró un laboratorio completo dedicado a la confección de documentación apócrifa, el más grande hallado hasta ahora en España, según explicaron.

Al dar detalles de la “Operación Chacal”, las autoridades indicaron que Néstor era un auténtico “artesano” del documento falso y que costaba descubrir los plagios que realizaba, según indicó la agencia EFE.

El hombre mudaba el laboratorio cada tanto y el último, ahora desmantelado, se encontraba en un edificio de oficinas de la localidad madrileña de Rivas Vaciamadrid, que tenía como fachada un negocio dedicado a la impresión.

Los investigadores definieron al principal detenido como un hombre “meticuloso” y también autodidacta, aunque con conocimientos de impresión o dedicado a ellos en alguna etapa de su vida. Se refirieron a él como un perfeccionista «apasionado» de su trabajo al punto que cuando fue detenido, él mismo explicaba a los policías cómo hacía la falsificación porque había ingeniado hasta técnicas de secado de la tinta.

Según las fuentes, el detenido llevaba 30 años en España de forma irregular y en ese período utilizó las identidades de Juan Carlos, Alfredo y Mateo. En su poder, se hallaron 25.000 euros que tenía guardados en una caja de seguridad.

Según un comunicado de la Policía Nacional, la banda principalmente falsificaba la Tarjeta de Residencia de Familiar Comunitario, aunque también realizaba una gran variedad de documentos por los que cobraban hasta 5.000 euros.
Los investigadores realizaron nueve registros y en la imprenta allanada encontraron el sofisticado laboratorio que refleja la profesionalidad de los falsificadores y la alta calidad de los elementos que elaboraban.

Tras constatar los hechos y realizar diversas gestiones comprobaron que la red estaba integrada por argentinos y españoles que a su vez contaban con una red de intermediarios de origen marroquí que se encargaban de facilitar a sus compatriotas las documentaciones a través de familiares que estuvieran en España.

Una vez elaborado el documento, los falsificadores lo enviaban mediante mensajería postal, realizándose el pago a través de transferencias bancarias o entidades de envío de dinero.

Los agentes constataron que la banda no se dedicaba únicamente a la venta de documentos falsificados para la entrada ilegal en España, sino que también eran utilizados para la constitución de empresas, la apertura de cuentas bancarias, la solicitud de créditos o la obtención de permisos de conducir.

En algunos casos se ha detectado la presentación a los exámenes de otras personas, previa manipulación de la fotografía y del chip del pasaporte español de los interesados.