Grupos de vendedores de choripán instalaron hoy parrillas en el Obelisco porteño y regalaron sandwiches de chorizo en protesta por la decisión del gobierno de la ciudad de Buenos Aires de prohibir los puestos de comida que se instalan en forma precaria en los alrededores de las canchas de fútbol.
«Somos más de 200 familias que salimos a buscar el mango», dijo a Télam una integrante de la Organización de Vendedores en Eventos Masivos (OVEM) que desde 2007 maneja una parrilla con su marido para vender choripanes en estadios los fines de semana y en manifestaciones los días hábiles.
La mujer argumentó que cuentan con «monotributo social y libreta sanitaria».
La manifestación fue acompañada por representantes y banderas de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), que lidera Juan Grabois, y del Movimiento Evita.
Sobre el parrillazo, su marido apuntó: «Queremos que sea lo más visible posible que nosotros no trabajamos con los barras, como dice la opinión pública».
Y, remarcó: «Siempre quisimos regularizarnos, ¿cómo te vas a regularizar trabajando con las barras?, no es lógico».
El 29 de enero, el Gobierno porteño revocó los permisos para los puestos que elaboraban y vendían comida en los alrededores de los estadios de fútbol porteños durante cada partido.
«Un estadio sin chorizos, no es estadio», dijo a Télam Liliana Rodríguez, una turista peruana, quien contó que en Lima las canchas están rodeadas de puestos de comida, lo que le parece correcto «siempre y cuando cumplan con las medidas de seguridad sanitaria».
Un joven de 20 años que trabaja a siete cuadras del Obelisco para una empresa de medicina prepaga, se enteró del parrillazo por Twitter y destinó su hora de almuerzo a hacer fila bajo el sol para comer un choripán gratis: «Es una tradición comerse un choripán en la cancha, se puede regular sin dejar a la gente sin trabajo», opinó en diálogo con Télam.
Camila y Rodrigo, de 27 y 28 años, dos cordobeses que visitan Buenos Aires señalaron que «estaría bueno regular sanitariamente, que los carros estén mejor preparados, con heladeras, por ejemplo» pero coincidieron en que «lo que no está bueno es dejar a la gente sin trabajo».
Se van prendiendo los fuegos del #Parrillazo en el Obelisco! #SialChori Con el Chori de cancha y el laburo no se jode! Más de 200 familias viven de la venta de Chori en Eventos Masivos y el @gcba lo quiere dejar sin la posibilidad de rebuscarsela para sobrevivir! Regularización! pic.twitter.com/WPtwjD4y3v
— Sebastian Demiryi (@sebademiryi) 7 de febrero de 2019
Durante el parrillazo, algunos integrantes de la OVEM recorrían las filas que se formaban en la Plaza de la República para juntar firmas a favor de los puestos de comida y en contra de la resolución que los prohíbe.
«En diciembre me sacaron la parrilla y la garrafa por la feria judicial, todavía no me la devolvieron. Por eso no la traje y estoy juntando firmas», contó a Télam Claudia, que tiene 49 años y desde 2003 vende hamburguesas, bondiola y choripán en los estadios.
Músicos callejeros acompañaron la protesta, que terminó poco después de las 14, cuando los vendedores explicaron a los transeúntes que hacían fila que ya no habían más choripanes.
El gobierno porteño publicó su resolución ante un pedido de la Subsecretaría de Seguridad Ciudadana a la dirección de Ambiente y Espacio Público sobre los permisos para «la elaboración y expendio de productos alimenticios en las inmediaciones de estadios de fútbol» a tono con «la implementación de estrategias generales» para «mejorar la calidad y seguridad de estos entornos».