En la ciudad hay un grupo de mujeres defensoras del uso medicinal del cannabis que se autodenominaron "Madres que se Plantan". Sus hijos padecen patologías que pueden ser tratadas con el aceite
El pasado 31 de enero se dio a conocer una noticia que significa un avance enorme en los defensores de la marihuana medicinal: la Organización Mundial de la Salud le recomendó a los gobiernos retirar al cannabis y la resina de cannabis de la lista de estupefacientes peligrosos. Esto quiere decir que por primera vez en la historia, la OMS reconoce que el cannabis y sus derivados tienen propiedades terapéuticas.
La Lista IV de la Convención Única contiene estupefacientes que se consideran particularmente peligrosos y sin ninguna importancia terapéutica. El cannabis y la resina de cannabis se incluyeron en este programa en 1961, alentando a los gobiernos a prohibir su producción, distribución y uso. En las décadas siguientes pacientes con diferentes dolencias descubrieron que el cannabis era útil para tratar sus enfermedades, pero la ilegalidad de la sustancia les dificultó enormemente el acceso.
Este informe de la OMS representaría un gran avance en el uso médico del cannabis en todo el mundo, ya que ningún gobierno podría ahora referirse a este tratado internacional como una razón para prohibir el uso médico del mismo.
En Rosario hay un grupo de mujeres defensoras del uso medicinal del cannabis que se autodenominaron «Madres que se Plantan», una agrupación similar a «Mamá Cultiva». Todas ellas son madres de jóvenes que padecen alguna enfermedad que puede ser tratada con el aceite.
Su lucha consiste en lograr que la Justicia no las persiga por una actividad que ya realizan: plantar marihuana para la producción del aceite. Al fabricar el producto ellas mismas no dependen exclusivamente del producto que se importa, el cual no siempre tiene las dosis adecuadas o necesarias.
CLG dialogó con Jesica Pellegrini, abogada del partido político Ciudad Futura y luchadora por las causas de «Madres que se Plantan» y «Mamá Cultiva», quien habló sobre la importancia de la causa y de este reconocimiento mundial.
«El informe de la OMS salió por el pedido de organizaciones de usuarios y familiares que vienen luchando desde hace mucho tiempo, es un gran avance. El prejuicio que está instalado en la sociedad es que el cannabis tiene un efecto adverso y las Madres que se Plantan demostraron todo lo contrario, les cambió sus vidas por completo», aseguró.
«Lo que le planteamos a la Justicia fue que se les permita continuar con el autocultivo para producir el aceite», sentenció. Y agregó: «Las Madres que se Plantan no realizan el cultivo y la producción del aceite sin ningún control, trabajan en conjunto con profesionales de la salud y con la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas, quienes tienen los instrumentos para testear los aceites, algo que afortunadamente la Justicia avaló».
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