Boom Supersonic, la compañía que sueña con desarrollar un avión comercial supersónico, medio siglo después del Concorde, ha recaudado ya 100 millones de dólares (unos 87 millones de euros) para conseguirlo. Varios fondos de inversión, junto con el apoyo de grupos tecnológicos de EE.UU., como Google, Airbnb y Dropbox respaldan a la compañía con sede en Denver, Colorado.
El dinero obtenido le permite avanzar en el desarrollo de su avión supersónico llamado ‘Overture’, que debería volar a Mach 2,2, más del doble de la velocidad del sonido, para transportar a 55 pasajeros con un alcance de 4.500 nmi (8.300 km). Por ejemplo el vuelo de Nueva York a Londres tardaría 3 horas y 15 minutos.
Este avance tecnológico nos transporta en una máquina del tiempo, hacia 1996 cuando se tomaron en chiste las declaraciones por el ex presidente argentino Carlos Saúl Menem en un programa de televisión: «Dentro de poco tiempo se va a licitar un sistema de vuelos espaciales mediante el cual desde una plataforma, que quizá se instale en Córdoba, esas naves van a salir de la atmósfera, se van a remontar a la estratosfera, y desde ahí elegirán el lugar donde quieran ir, de tal forma que en una hora y media podremos estar en Japón, Corea o en cualquier parte del mundo y por supuesto, más adelante en otro planeta si se detecta vida».