- Por Enrique Genovar
La fea imagen que dejó Central en la reanudación de la Superliga aún está en la retina de los canallas. Es que más allá de los merecimientos que tal vez tuvo en el complemento para empatar el juego, lo hecho en la primera parte ante el Globo fue más que suficiente para calificar el primer juego como malo.
A Edgardo Bauza se le desordenó todo.
Es que Central tuvo problemas en todas las líneas, y eso que le pase a un técnico de la “vieja escuela” como el Patón es preocupante para poder progresar.
Por este motivo el director técnico auriazul debe tomar el mismo libro que agarró cuando llegó: el que habla del orden. En la conferencia de presentación el DT hizo referencia a los 41 goles que había recibido el Canalla en la temporada anterior. Y ahora ya lleva 18 y todavía a la Superliga le restan varios capítulos.
Ese orden que necesita el equipo para poder progresar debe darse de atrás hacia adelante, como sucedió el semestre pasado. Es que si no lo hace el equipo la va a pasar mal en el torneo local y peor cuando le llegue la hora de jugar partidos por la Libertadores.
Solidificar el sistema defensivo es lo que se impone. Ya sea cambiando el compañero de Matías Caruzzo en la zaga central o no, Central tiene que volver a hacerse fuerte en ese aspecto. Claro que también dependerá quiénes se queden finalmente con los puestos de volante por afuera.
Una vez que ordene esa última línea ahí el equipo podrá progresar. Obviamente que ya no hay tiempo de ir ordenando línea por línea, ese orden general que necesita el equipo deberá hacerse en el mismo tiempo en todos los aspectos.
Central ha perdido muchísimo en el torneo. Y si bien la obtención de la Copa Argentina maquilló el mal presente en el certamen local, esa “base” con partidos como el que hizo ante Huracán se irá corriendo.
Orden y progreso, así como reza la bandera de Brasil es lo que debe tomar el cuerpo técnico como fundamento esencial para mejorar el presente y no preocuparse en el futuro inmediato.