Juan Guaidó, proclamado presidente de Venezuela por la la Asamblea Nacional (AN, Parlamento), reapareció en público en Caracas y llamó a sus compatriotas a mantenerse “en las calles, movilizados” hasta que el «usurpador» Nicolás Maduro se vaya del poder y un gobierno de transición convoque a elecciones «libres».
En un discurso de alrededor de 40 minutos en una plaza del barrio caraqueño Chacao, Guaidó hizo reiterados llamados a las fuerzas militares y de seguridad: “Que vengan para este lado, que hay una oportunidad de Patria”. Y pidió a los ciudadanos que “hablen con el militar amigo, conocido, para que vea que ponerse del lado de la Constitución aglutina, da fuerza”.
En su primer discurso tras jurar como “presidente encargado” y después de dos días en los que no se supo su paradero, Guaidó anunció un fin de semana “con dos tareas poderosas”, la primera de ellas el sábado, con «asambleas populares para homenajear a las víctimas” de las marchas “y avanzar en el proceso de organización”.
“El domingo, que cada uno de ustedes baje la ley de Amnistía que votó la AN, la imprima, y llevenla a militares amigos, conocidos. Les estamos estrechando la mano. Que se den cuenta que esa ilegalidad que hoy usurpa (el Palacio) Miraflores, no puede pagar ni una cuenta”, exhortó Guaidó.
En varios pasajes de su discurso, habló de tres pasos claves: “Que el usurpador deje el cargo, se establezca un gobierno de transición y tengamos elecciones libres”. Y resaltó la capacidad de movilización de los sectores antichavistas: “Creen que nos vamos a cansar, que esto se va a desinflar. Pero acá nadie se cansa ni se rinde”, subrayó.
«En el terreno de lo que pudiera pasar, pudieran meterme preso hoy; eso lo saben Venezuela y el mundo», afirmó en la entrevista que concedió por la red Instagram a un periodista venezolano.
Guaidó anunció el miércoles que se adjudicaba las competencias del Ejecutivo como presidente encargado tras señalar que se aferraba a los artículos 233, 333 y 350 de la Constitución.
De inmediato, recibió el respaldo de varios Gobiernos, el primero de ellos del estadounidense Donald Trump, y de casi todos los que integran el llamado Grupo de Lima, así como de instituciones internacionales como la Organización de Estados Americanos (OEA).