En medio de la crisis venezolana, el diputado nacional del Frente para la Victoria (FpV) Daniel Scioli pidió este jueves no tomar partido por el presidente Nicolás Maduro o el autoproclamado Juan Guaidó, al tiempo que propuso que los países de la región oficien de «mediadores» para encontrar una solución pacífica.
Para Scioli, los estados de la región «debieran invitar al gobierno venezolano y a los grupos opositores a sentarse en una mesa para elaborar una hoja de ruta, que establezca objetivos, plazos y compromisos de las distintas partes».
El ex gobernador de Buenos Aires dijo que está «convencido de que hay otro camino distinto al del intervencionismo directo o indiferencia» en Venezuela. «Nunca, y esto nos enseña la historia, dio buenos resultados tomar partido por sectores internos en conflicto», subrayó Scioli.
De esta forma, el legislador del FpV tomó distancia del bloque que integra, encabezado por Agustín Rossi, que este miércoles se expresó a favor de Maduro y aseguró que en el país caribeño hubo «un intento de golpe de estado».
«Creo que debemos apelar justamente a nuestra experiencia histórica como países de este continente para hallar una fórmula que ayude verdaderamente a Venezuela. Estoy convencido que esa salida puede venir de una instancia multilateral con el fin de promover conjuntamente la paz interior, el fortalecimiento de la democracia y las instituciones republicanas», señaló Scioli.
En este sentido, expresó: «Me sumo a las manifestaciones del Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, instando a todas las partes involucradas en los acontecimientos para que se comprometan a un diálogo inclusivo y creíble que aborde esta prolongada crisis que sufre Venezuela, de modo que se respete plenamente el Estado de derecho, haciendo todo lo que esté a nuestro alcance para disminuir las tensiones y prevenir la violencia entre el pueblo venezolano».
«Propongo pensar e inspirarnos en lo que fuera el Grupo Contadora (antecedente de la CELAC), que se constituyó a instancias de un llamado de varios Premios Nobel y que se concretó en 1983, para que un grupo de países oficiara de mediadores con el objetivo de establecer la paz de una Centroamérica que sufría los conflictos armados.