«No vamos a cambiar la formar» dijo Edgardo Bauza en la primera conferencia de prensa de este año. Pero más allá de eso sí habrá cambios de intérpretes, sin considerar a los que emigraron. Y en este cambio de piezas el que arrancará de atrás es Leonardo Gil.
El jugador que con su pegada fue fundamental en el último semestre hoy no tiene lugar en el equipo titular. Es que el cuerpo técnico eligió, para la reanudación de la Superliga, un doble cinco conformado por Fabián Rinaudo y Néstor Ortigoza. El refuerzo y el jugador preferido por el Patón serán los encargados de ocupar ese lugar neuralgico en la mitad de la cancha. Así el Colorado quedó resagado.
Claro que esta situación le dará cosas positivas y negativas al equipo, pero claro está que para el DT habrá más de las primeras que de las otras.
Entre lo positivo se destaca el hecho de que el plantel necesitaba un cinco de las características de Rinaudo; ya que la apuesta por Arismendi no salió y varios pasajes de la competencia que se disputó el último semestre, Central sintió la falta de un mediocampista de estas características.
Entre lo negativo, sin dudas, se destaca que no estará el aporte que da Gil a la hora de las pelotas detenidas. Sus asistencias fueron la llave para ganar varios encuentros cuando el juego escaseaba y ahora, al menos, desde el arranque el equipo no tendrá esa arma. Pero, según palabras del propio entrenador, el nuevo encargado de esas jugadas será el colombiano Jarlan Barrera.
Los cambios en el fútbol son constantes. Esta vez el que la pierde oportunidad de iniciar jugando es el Colorado. Y salvo bajo rendimiento de Rinaudo, porque Ortigoza juega sí o sí, o cambios importantes de sistema el mejor ejecutante de pelota parada que tiene el plantel tendrá que esperar su turno.