Por Enrique Genovar
La llegada de Rinaudo y la continuidad de Zampedri, lo destacado del mercado canalla.
Los resultados darán el veredicto final. Le pondrán un aprobado o desaprobado. Pero en un mercado de pases de Central donde hubo movimiento, en la previa de la competencia, se destacan dos cuestiones: la llegada de Fabián Rinaudo y la continuidad en el club de Fernando Zampedri.
Rinaudo era un anhelo de Edgarzo Bauza y llegó. Pero más allá del gusto del entrenador a este plantel le faltaba un cinco de sus características. La “tirada a la pileta” con Diego Arismendi no funcionó. Y al juvenil Emmanuel Ojeda aún le fala rodaje. Central sufrió mucho el semestre pasado al no tener un volante central de marca. Y el ex Gimnasia arribó para suplir esa deficiencia que mostró el equipo.
La otra cuestión que sobresale es la continuidad del Toro. Zampedri fue uno de los responsables en que Central consiguiera la Copa Argentina y tras la ida de Marco Ruben hubiese sido terrible para las aspiraciones futbolísticas que perseguirá el equipo del Patón no poder contar con él. Claro que ahora la responsabilidad del ex Atlético Tucumán será diferente. El delantero cargará con la mochila de ser quien termine las jugadas, de hacer los goles. Pero que se haya quedado es positivo.
Obvio que el resto de los que llegaron estarán en observación y entre estos figuran los nombres de Allione y de Riaño. En tanto que Barrera tendrá, hasta ahora, un solo año para mostrarse y habrá que aguardar si rinde o no en un fútbol diferente al que jugó. Por el lado de Vergara, es una apuesta. Una apuesta a futuro, pero que deberá demostrar en el presente. Ya que Central no tiene jugadores como él.
Seguramente faltará, o tal vez no, un zaguero central de experiencia para encarar la jodida Libertadores. Pero estará en Cabezas, Barbieri y Ortiz convertirse en el compañero ideal de Caruzzo.
Sin dudas, lo más importante que le pasó al Canalla en este libro de pases son Rinaudo y Zampedri, el resto se verá.