Integrantes del Sindicato de Luz y Fuerza de Rosario realizaron una donación este martes y colaboraron con el comedor Las del Indu, de la vecina localidad de Granadero Baigorria. En el marco de la campaña solidaria permanente que lleva adelante el gremio, se hizo entrega de alimentos y varios elementos de utilidad para ayudar al centro barrial.
Jeremías Ramírez, Marcos Duclos y Cristian Botto, en representación del sindicato y de los trabajadores de Luz y Fuerza, hicieron entrega de la donación a los responsables del comedor Las del Indu.
“Los trabajadores de Luz y Fuerza siempre han estado presentes ayudando a la comunidad”, dijo Jeremías Ramírez. “En los últimos tiempos esta ayuda se ha profundizado, habida cuenta de la crisis existente en la sociedad argentina”, enfatizó.
Ramirez dijo: “No podemos permanecer indiferentes ante una situación que en muchísimos casos observamos como angustiante, producto de políticas económicas y sociales inadecuadas que no benefician a los sectores más vulnerables”.
Por otra parte, instó a que “todos los sectores gremiales y políticos fijen su propósito no sólo en una confección de políticas que deben ser aplicadas lo más pronto posible, sino también en la ayuda social y en la solidaridad. Por supuesto que no es una solución de fondo, pero al menos ayuda a mitigar una situación que en muchos casos es afligente y que lamentablemente se va profundizando cada día más”.
El Sindicato de Luz y Fuerza, según expresó Ramírez, “seguirá en esta campaña solidaria permanente de ayuda no sólo a personas sino también a organizaciones y ONGs que realizan todos los días del año, a cada instante, un trabajo incomparable y admirable en favor de los sectores más vulnerables y carecientes”.
Por su parte Valeria Belén, una de las responsables de Las del Indu, dialogó con CLG y agradeció una nueva ayuda del gremio lucifuercista: “Siempre están presentes desde el sindicato y estamos enormemente agradecidos por toda la ayuda que nos brindan en este momento tan difícil”.
“La cosa está cada vez peor. Hay mucha pobreza y es impresionante el hambre que hay. Lo hablamos todos los días. Antes venían sólo los chicos, ahora vienen todos: la abuela, el papá y la mamá. Realmente es muy triste. Una cosa es contarlo y otra verlo personalmente”, relató Valeria.
“Actualmente hay 90 familias que vienen al comedor. Aproximadamente unas 200 personas. Lamentablemente el número no para de crecer”, finalizó.