Rusia celebró este sábado una de las festividades más importantes de la Iglesia Ortodoxa: el Bautismo de Cristo en Jordania. Por este motivo, casi 2,5 millones de ciudadanos se metieron en aguas heladas de ríos, lagos o estanque con el fin de expiar pecados, curar enfermedades o ponerse a prueba. El presidente Vladímir Putin también fue parte de la tradición.
Las cifras oficiales de la policía aseguran que hubo casi 10.000 los servicios religiosos a lo largo y ancho del país. Incluidas en este número las ciudades de Siberia, que en esta época del año, las temperaturas rondan los 50 grados bajo cero.
Para facilitar el acceso a los fieles, en algunos lugares las autoridades rompieron la capaz de hielo e instalaron escalones. Los fieles ortodoxos creen que el agua bendita tiene propiedades milagrosas en este día.
Putin, se zambulló en una poza con agua helada para la celebración. El Kremlin envió un comunicado: «Sí, Putin se metió en una poza». Si bien el mismo no detalla en dónde lo hizo, aclara que fue en la región de Moscú.