Un nuevo escándalo de corrupción sacude a la política brasileña. A 20 días de la asunción de Jair Bolsonaro, su hijo y flamante senador electo, Flavio Bolsonaro, está bajo la investigación de la fiscalía. Fuentes judiciales revelaron que el hijo mayor del presidente de Brasil recibió en sus cuentas bancarias dinero supuestamente entregado por sus propios empleados en la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro.
La TV Globo divulgó el viernes por la noche que Flavio Bolsonaro recibió unos 96.000 reales (unos 30.000 dólares) en forma sospechosa: fueron 48 depósitos por cajero automático de la Asamblea Legislativa de Río en un mes, todos por 2.000 reales.
Este nuevo elemento revelado en los documentos del Consejo de Control de Actividades Financieras (COAF) se suma al escándalo de su ex chofer oficial, Fabricio Queiroz, amigo personal del presidente, que movilizó de la misma forma unos 400.000 dólares en un año, sin justificación.
La sospecha es que se trate de peculado y de lavado de dinero, además de funcionarios «ñoquis», pero el impacto político ha generado fisuras en el oficialismo, sobre todo porque el gobierno asumió con un fuerte discurso anticorrupción y tiene en sus filas al ex juez Sérgio Moro, de la operación Lava Jato, como ministro de Justicia y Seguridad .
El dinero recibido en cajero automático por depositantes anónimos indicaría, según informó el diario O Estado de Sao Paulo, lavado de dinero.
En un día de 2017, recibió 10 depósitos en tres minutos desde los cajeros automáticos de la Asamblea Legislativa de Río, sin que se ese dinero haya sido justificado ante las autoridades fiscales.
Antes de conocerse los movimientos sospechosos del hijo mayor de Bolsonaro como diputado estadual de la Asamblea Legislativa de Río, un juez de la corte, Luiz Fux, decidió, a pedido de la familia presidencial, suspender la investigación.
La fiscalía de Rio de Janeiro pidió ampliar a los órganos de inteligencia financiera el foco contra el hijo de Bolsonaro.
En las redes sociales, los seguidores del presidente famoso por reivindicar a la dictadura militar y la tortura, vencedor de los comicios de octubre, pedían explicaciones a Flavio Bolsonaro.
«No tengo nada que esconder», dijo sin dar detalles Flavio Bolsonaro a la TV Record, propiedad de la Iglesia Universal, que respalda abiertamente al gobierno y compite con la gigante Globo.
Lo cierto es que el gobierno asumido el 1 de enero, comandado por un presidente que siempre fue un diputado del llamado «bajo clero», se encuentra bajo fuego sobre el tema por el que hizo campaña contra el opositor Partido de los Trabajadores, del detenido ex presidente Luiz Inácio Lula da silva
El candidato presidencial derrotado de PT, Fernando Haddad, dijo por Twitter frente al escándalo: «El nudo de este asunto es investigar cómo un diputado (Jair Bolsonaro) que nunca aprobó un proyecto tiene un patrimonio inmobiliario de 15 millones de reales (unos 5 millones de dólares)». Haddad preguntó además cuál sería la función real de sus asesores.
Es que la investigación de la fiscalía de Río también apuntó a la hija del ex chofer Queiroz: ella era asesora parlamentaria del actual presidente en Brasilia, pero durante sus dos años de contratación trabajaba en Rio de Janeiro como personal trainner de famosos, entre ellos la actriz Bruna Marquezine, novia del astro Neymar.
«Después del escándalo del clan Bolsonaro, el juez Moro debe estar preguntándose si hizo bien en aceptar el cargo en este gobierno», cuestionó el gobernador del estado de Maranhao, otro ex juez, Flavio Dino, pero del opositor Partido Comunista do Brasil (PCdoB).