El trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense (Eaaf) de Argentina y del Centro de Derechos Humanos de las Mujeres (Cedehm) de México permitió identificar los restos de 15 personas que estaban desaparecidas desde el 2001 y que se encontraron en centros clandestinos de inhumaciones montados por grupos del crimen organizado en la ciudad Cuauhtémoc.
Los restos se localizaron en la zona occidente del Estado, en dos ranchos de los municipios de Cuauhtémoc y Cusihuiriachi, y a través de la Fiscalía de Chihuahua se inició la entrega de los restos a las respectivas familias.
Los resultados de este trabajo forense se enmarcan dentro de un convenio de colaboración firmado el 3 de diciembre del 2016 entre la Fiscalía General del Estado (FGE), el CEDEHM y el EAAF, con el objetivo de “intentar identificar restos óseos severamente multifragmentados y alterados por calor”, que habían sido recuperados por la Fiscalía entre 2011 y 2015, informó el organismo argentino en un comunicado.
Peritos en antropología y genética forense y en criminalística del EAAF analizaron 43 contenedores con un número indefinido de pequeños fragmentos óseos y seleccionaron 233 de éstos que presentaban posibilidades de brindar información genética.
Estos fragmentos fueron enviados al laboratorio de genética del Eaaf en Argentina y a un laboratorio en los Estados Unidos.
«El Laboratorio de Genética Forense del EAAF en Córdoba se especializa en muestras especialmente degradadas, muy fragmentadas y alteradas por calor, fuego y otros problemas. Muestras de las que es muy difícil obtener ADN. Por eso, decidimos enviar la mayoría de las muestras de los ranchos de Chihuahua para ser analizadas allí», explicó Mercedes Doretti, miembro fundadora de la organización y directora para México y Estados Unidos.
Del procesamiento de estos fragmentos se obtuvieron 29 perfiles genéticos individuales, que al compararse con los perfiles genéticos de familiares de 140 personas desaparecidas en Cuauhtémoc y sus alrededores derivó en la identificación de 15 personas.
“El trabajo forense se realizó enteramente con fondos provenientes de la cooperación internacional, sin representar ningún costo para el gobierno estatal o federal”, relató el EAAF.
“Vemos la identificación de restos de victimas de violaciones a los derechos humanos como la vuelta a la sociedad de las personas desaparecidas, al sacarlos de fosas clandestinas y darles un entierro digno con sus familiares, con su comunidad y aportando evidencia para el sistema de justicia. Somos forenses, somos técnicos, pero somos humanos.
Tenemos claro que trabajamos para ayudar a dignificar vidas”, remarcó Doretti en conferencia de prensa.