Ciudadanos verenses ponen el acento en la ayuda y la actitud solidaria de toda una ciudad para imponerse ante las intensas tormentas y temporales que azotan a la zona
Por Santiago Ceron y Gonzalo Santamaría – enviados especiales a Vera
En las afuera de la ciudad una estación de servicio hace de parada para el colectivo que llega desde Rosario hasta Vera, en el norte de la provincia de Santa Fe. Allí comienza una ciudad que, a pesar de muchas dificultades, tiene como premisa la solidaridad.
Con La Gente se metió en los barrios y calles de Vera para poder palpar la situación vivida luego del temporal que azotó a la ciudad, que contabiliza 27 evacuados. Ya sea con un mate en mano o a través de una caminata, esquivando charcos y zonas resbalosas, los habitantes norteños, siempre bien predispuestos, se prestan para la charla.
En primera instancia CLG se cruzó con Graciela, que desde muy temprano ingresó a su lugar de trabajo y, como ella misma lo afirmó, comenzó por lo “importante”: el mate. Después de cebar el primero relató la realidad de Vera. Son 23 mil habitantes divididos en 16 barrios, de los cuales Itatí, Hospitales, Cementerio, Triángulo y Tiro Federal fueron los más afectados. La vecina reconoció que la deforestación de las regiones aledañas es un factor determinante a la hora de las inundaciones.
“Esta lluvia fue menos intensa que la del 2017 y también a una que tuvo lugar hace 25 años, en la que me tuve que subir a la mesa con mi madre”, recordó la citadina con una mueca de preocupación en la cara. Además no dudó en destacar el trabajo mancomunado entre Municipio y Gobierno (provincial y nacional) para “fijar un bien común” en relación a las inundaciones.
Antes de partir, la mujer ofreció el último mate y agregó: “Acá la gente es muy solidaria. Como ya saben lo que pasa cuando llueve, rápidamente se acercan con donaciones de cualquier tipo”.
Más adelante, este medio se topó con Daniel, quien invitó a recorrer las zonas más afectadas. “Nosotros pasábamos con el auto para socorrer gente”, manifestó el verense mientras miraba con atención las calles que cruzaban el trayecto.
La lluvia del último jueves no ayudó. Por la mañana volvió a caer agua y algunas familias comenzaron a tomar recaudos. Allí Daniel se acercó a un vecino de la zona y, en conversación, los dos afirmaron: “Si tenemos que ayudar al de al lado, lo hacemos. Nos subimos los pantalones y nos metemos en el barro”, mientras se palmeaban la espalda mutuamente.
Antes de retirarse, el guía puntualizó, al igual que Graciela, en la solidaridad: “Es algo que siempre está presente. No sólo en cosas que nos traen sino en ayudarse a evacuar, mover muebles o dar asilo”.
En la ruta trazada por CLG apareció el Club Gimnasia de Vera, donde se alojaron las 27 personas que el agua sacó de sus casas. En la institución, sentada, esperaba Estela, quien es la presidenta desde hace dos años, armando los primeros bolsos con productos básicos para donar. “Esto sobró del martes y ahora lo llevamos para los que lo necesitan”, contó.
La encargada del club remarcó que la gente afectada se acercó por su propia voluntad: “Las personas se acercan porque saben que abrimos las puertas. La Municipalidad pone la logística y nosotros el lugar”.
Se trata de un lugar con 73 años de historia que alberga al fútbol como máximo deporte. «Son familias (las evacuadas) de nuestros jugadores. Les damos contención a ellos”. Mientras la charla se hacía más numerosa, Estela sostuvo que durante los 18 días que lleva el año, la lluvia se hizo presente. Eso fue lo que generó el desborde de las mismas tierras. “Acá en la puerta del club estaba todo inundado, la gente llegaba en camiones”, narró.
Al salir del campo, la autoridad del Lobo de Vera lanzó: “Me llamaron de La Quinta para ver si teníamos colchones. Ellos saben que la gente es solidaria y se acerca sola a donar”. Tres oriundos de Vera que coincidían en lo mismo: la solidaridad es una moneda corriente en la ciudad.
El camino condujo al mencionado centro cultural y educativo La Quinta, alejado de la avenida principal y de las calles pavimentadas. Una asociación civil que recibe a más de 80 chicos desde los tres años para brindarle apoyo escolar. Es la casa referente del barrio. “La gente cercana se arrima a pedir lo que tengamos”, comentó Cristian, uno de los referentes.
Asimismo añadió: “Falta obra pública. La gente no puede llegar ni siquiera a donar porque ni las calles de ripio están mantenidas”. Cristian creé que la solidaridad está presente en Vera pero debe acompañarse con “compromiso y organización” para que ello derive en una mejor la calidad de vida, “que bajó mucho en los últimos años”.
Hablando del temporal, el maestro del Colegio Superior Nº 42 definió la situación con una palabra: acostumbrados. El centro cultural contiene una biblioteca marcada por la Hormiga de Pocho Lepratti y ahí dentro, en pleno recorrido, Cristian aseguró que a la gente “le cuesta comprometerse” por el costado político, pero que lo más rescatable de Vera es la “solidaridad”.
Cuatro ciudadanos de Vera que, desde puntos y miradas distintas, ponen el acento en la ayuda y la actitud solidaria de toda una ciudad para imponerse ante temporales que azotan la zona marcada por la humildad y la falta de infraestructura.