Por José Odisio
Faltan diez días para el reinicio de la Superliga ante Boca. Y en el Parque siguen a la espera de algunos refuerzos. Y mientras eso sucede, Maxi Rodríguez demuestra que está vigente. La Fiera no sólo es un referente en el vestuario, o una figura que impone respeto a los rivales. Maxi todavía marca la diferencia. Lo demuestra en cada entrenamiento, o en un amistoso con Rampla Juniors. Es distinto, no hay dudas.
Cuando a fin de año Maxi definió su retorno al Parque, el hincha se ilusionó. Agradeció la vuelta, quiso reventarse las manos aplaudiendo a su ídolo, y sintió orgullo. Pero tenía cierto temor sobre el nivel de Maxi. No dudaba de su jerarquía, que le alcanzó para levantar tres copas en Peñarol, la inquietud era saber si todavía podía ser el líder futbolístico de un equipo carente de todo. Y la respuesta a entregó dentro de la cancha, en cada entrenamiento, en cada ensayo de fútbol, y sobretodo ennun amistoso ante Rampla donde mostró estar intacto, decisivo cerca del área rival.
Y este nivel de Maxi, ayuda al resto. Mauro Formica ya no tendrá que hacerse cargo de todo, y así podrá explotar futbolísticamente. También potenciará a los pibes, necesarios en un mercado de pases complejo. Y debería ayudar a que los nueves hagan goles, aunque Fydri y Leal no calibran y a Oviedo todo le cuesta el doble, en especial convencer a los entrenadores.
Volvió Maxi. Newell’s respira. Y si bien el panorama sigue siendo complejo, hay motivos para que el hincha se ilusione.