El fundador y presidente del gigante chino de telecomunicaciones Huawei, Ren Zhengfei, rompió el silencio y rechazó las acusaciones de espionaje efectuadas a su empresa.
Ren negó que las autoridades chinas le hayan pedido usar su tecnología para espiar a sus clientes. «Ninguna ley en China requiere que sus compañías instalen backdoors obligatorias, y Huawei nunca ha recibido ninguna petición de ningún gobierno para proporcionar información de manera indebida», dijo. El backdoors es un tipo de programa malicioso que permite acceder a cualquier dispositivo y controlarlo sin conocimiento de la víctima.
Durante un inusual encuentro con periodistas extranjeros, que recogen hoy los medios chinos, en la ciudad de Shenzhen, donde está radicada la compañía, Ren afirmó que «Huawei da servicio a 3.000 millones de usuarios en 170 países y tiene un buen historial de seguridad» y añadió que la empresa está «comprometida» con sus clientes respecto a la protección de su privacidad. Dijo que, aunque «ama» su país y «apoya» al Partido Comunista chino, «no haría nada para dañar a ningún país del mundo ni a ningún individuo», reprodujo la agencia de noticias EFE.
El directivo de 74 años comentó que extraña «mucho» a su hija Meng Wanzhou, directora financiera de la compañía, que fue arrestada en Canadá el pasado 1 de diciembre dentro de una investigación por supuesta violación de las sanciones comerciales que afectan a Irán. Meng se encuentra ahora en libertad bajo fianza a la espera de que las autoridades estadounidenses presenten su petición formal de extradición en Canadá.
«Aprecio la protección consular que el gobierno chino ha ofrecido para salvaguardar sus derechos e intereses como ciudadana china. Confío en que el sistema legal de Canadá y de Estados Unidos sea abierto y equitativo y en que lleguen a una conclusión justa», señaló.
Sobre el futuro de Huawei, admitió que la empresa quizá deba reducir «levemente» sus expectativas «si no es bien recibida en algunos mercados».
En los últimos meses, varios países occidentales han mostrado sus reservas respecto a la expansión de Huawei y su sensible participación en la creación de las redes mundiales de telecomunicaciones 5G, sospechas que China considera infundadas.
El FBI estadounidense advirtió en 2018 de que el gobierno de China podría estar espiando a ciudadanos norteamericanos que usan teléfonos inteligentes fabricados por Huawei.