La suba de precios al consumidor de enero se ubicará en torno al 2,5% y se mantendría en torno a ese nivel hasta abril, de acuerdo a las estimaciones de la consultora Ecolatina, luego de que el Indec dio a conocer este martes la inflación de 2018 que fue del 47,6%, la más alta en 27 años.
«Nuestras estimaciones preliminares marcan que la suba de precios se ubicará en torno al 2,5% en enero» se resaltó desde la consultora al explicar el avance «motorizado por aumentos en agua y transporte, servicio telefónico, bienes y servicios asociados al turismo» por alza estacional.
Por el contrario, el informe advirtió la posibilidad de registrar menores aumentos en alimentos e incluso una baja del combustible, en torno al 1% a nivel nacional, que contribuirán a que la desaceleración de la inflación continúe como vino ocurriendo en los últimos dos meses.
No obstante, el informe consideró «probable que la suba de precios se mantenga en torno al 2,5% entre febrero y abril ya que tendrán lugar los incrementos de servicios públicos más importantes, que sumarán presiones inflacionarias directas e indirectas».
En este sentido, los aumentos de electricidad previstos para febrero y marzo y gas en abril incrementarán los costos de producción de otros bienes y servicios, incentivando aumentos de segunda ronda.
A esto se agregarán nuevas recomposiciones salariales en los primeros meses del año, que responden a la pérdida del poder adquisitivo registrada en 2018.
Para Ecolatina, a la recomposición salarial de principios de año se le sumará las paritarias “modelo 2019” en torno al 20% o 25% que «impulsarán una significativa suba nominal» de las remuneraciones de los trabajadores formales.
Pero a pesar de considerar que en el acumulado de los próximos 12 meses los salarios le ganarían la carrera a los precios, «el consumo no despegará en el año electoral».
Eso se explica porque «aún considerando las actualizaciones, el salario real permanecerá por debajo del promedio 2018», tras una caída interanual superior al 10%, y por otro lado, producto del salto en el costo de financiamiento, el gasto a crédito continuará deprimido.
Por último, los ajustes ya anunciados en bienes y servicios básicos y difíciles de sustituir (Servicios Públicos en febrero y abril; prepagas en febrero; educación en marzo) provocarán que la mejora del “salario real disponible para consumo” sea menor a la efectiva.