El equipo de rescate que busca a Julen, el niño de dos años que el domingo cayó en un pozo de más de 100 metros de profundidad y apenas 25 centímetros de diámetro en un monte en la localidad malagueña de Totalán, España, abrió un túnel lateral para intentar encontrarlo.
Los últimos dos días de labores de rescate no dieron frutos, por lo que «se reducen las esperanzas de encontrar al niño con vida», según los expertos que colaboran en el operativo de evacuación.
Si bien las labores continúan sin descanso, la Guardia Civil no logró todavía ni siquiera determinar la localización exacta de Julen, ya que un «tapón de tierra» obstruye el pozo a unos 73 metros de profundidad.
No obstante, la única hipótesis con la que se sigue trabajando es «la búsqueda, localización y rescate del niño», remarcó el vocero de la Guardia Civil en Málaga, Bernardo Moltó, luego de la reconstrucción de los hechos ocurridos el domingo último en la finca familiar en la que se produjo el accidente.
El comité de expertos que analiza las opciones para llegar hasta donde se encontraría el niño decidió avanzar hoy por la vía que considera más «viable, rápida y segura», explicó la subdelegada del gobierno español en Málaga, María Gámez.
Desde primera hora de la mañana se está trabajando para «acceder desde otro orificio lateral y horizontal» de unos 50 a 80 metros de distancia, informó Gámez, quien supervisa el operativo.
La responsable señaló que el túnel lateral, cuya construcción llevará aproximadamente dos días, «aprovecha la pendiente de la montaña para intentar llegar a la zona donde se supone que está el pequeño».
Durante la noche del lunes, las labores se centraron en la extracción por succión de la tierra que obstruye el pozo. Sin embargo, no hubo resultados en cuanto a la localización del pequeño.
«Hay tres factores condicionantes en el operativo: la seguridad del niño, emplear el menor tiempo posible y la orografía del terreno, que dificulta los trabajos», subrayó Gámez al ser consultada sobre los avances del operativo de rescate.
Los rescatistas advierten de las dificultades que conllevaba trabajar en un espacio tan pequeño y sin contar con información precisa sobre la localización del niño, ya que desconocen el espesor del «tapón» de tierra con el que se encontraron cuando introdujeron una cámara térmica en el pozo.
Por otro lado, el Diario Sur informó hoy que la empresa sueca de geolocalización que halló en agosto del 2010 a los «33 mineros de Chile» se incorpora al equipo de rescate de Julen.
Este equipo de profesionales se suma así a la larga lista de empresas y profesionales, más de un centenar, que están colaborando en las labores de localización y evacuación del menor.
Según el relato de sus padres, José y Victoria, Julen estaba jugando con un primo también pequeño cuando cayó al pozo, sin que «nadie pudiera evitarlo». La familia estaba en el lugar, propiedad de un tío, para comer una paella.
El pozo, que no tenía protección, había sido abierto por una empresa que buscaba agua en el terreno y descartó la posibilidad de encontrarlo tras llegar a una profundidad de 103 metros.