El fútbol argentino ha dejado a las claras en sus últimos años que atraviesa una crisis futbolística. Los malos rendimientos del seleccionado argentino no son casualidad mas bien son el resultado de pésimas gestiones en la Asociación del Fútbol Argentino, así como también en los clubes. A las malas gestiones, hay que sumarle la falta de recambio generacional. El país que supo ser el semillero del mundo, que supo ser la cuna de grandes estrellas que alcanzaron la gloria en la élite del fútbol mundial, hoy solo tiene para ofrecer a los grandes mercaderes el color de sus tribunas.
En los últimos mercados de pases, así como en el actual, las principales figuras del fútbol argentino dejaron de ser prioridad para los clubes europeos y en su mayoría, salvo excepciones, eligen (o no) migrar al fútbol mexicano o norteamericano.
Durante los últimos días, tres ventas confirman esta tendencia. El jugador más desequilibrante de River y recientemente elegido por el diario El País como el mejor futbolista de América, Gonzalo Martínez, dejó el equipo de Nuñez para firmar con el Atlanta United de la Major League Soccer. El actual goleador de la Superliga, Emmanuel Gigliotti, pasó de Independiente al Toluca de México. México también fue el destino de Maximiliano Meza, uno de los jugadores del campeonato local que estuvo presente en el Mundial de Rusia 2018 y figura de la selección de Sampaoli, según los aficionados argentinos.
Lejos está el fútbol argentino de las grandes operaciones en esta industria que paga cifras desorbitadas por las transferencias de jugadores gracias a los petrodólares árabes y la irrupción de China. Una década tenemos que retroceder en el tiempo para encontrarnos con los grandes pases del fútbol local: Fernando Gago al Real Madrid en 2006, Sergio Agüero al Atlético de Madrid en el mismo año y Ever Banega al Valencia en 2008, cada una entre 28 y 25 millones de dólares. Justamente son los jugadores de la camada final argentina que junto a Lionel Messi, Ángel Di María, Gonzalo Higuaín, Javier Mascherano y Carlos Tevez, todos entre 30 y 34 años, consiguieron poner al fútbol argentino en las primeras planas.
Jugadores de mediana edad como el goleador del Inter, Mauro Icardi (25), y la «joya» de la Juventus Paulo Dybala (también 25), que dejaron nuestro país sin haber debutado en Primera, son el eslabón intermedio de las nuevas generaciones, las que no despiertan el interés del mercado europeo como sus antecesores. Todos los argentinos incluidos en los mejores 100 de la actualidad tienen 25 años o más.
Como en todo, existen excepciones. El Borussia Dortmund pagará 18 millones de dólares a Boca por Leonardo Balerdi, el defensor cumplirá a fin de mes 20 años y apenas jugó cinco partidos en primera, cuatro de ellos en una alineación alternativa mientras el xeneize jugaba Libertadores. También Exequiel Palacios, mediocampista de River de 20 años, parece tener el futuro en un grande de Europa, tal vez el Real Madrid. En Argentina se juega cada vez menos y se vende cada vez más barato.
En los últimos años hemos escuchado que la crisis atraviesa el fútbol sudamericano. Pero el contraste con el fútbol brasileño es claro: en junio de 2018, Real Madrid pagó 98 millones de dólares por las llegadas de los delanteros Vinicius (18 años, de Flamengo) y Rodrygo (17, de Santos), mientras Barcelona invertía 35 millones en Arthur (22, Gremio). En la primera semana de 2019, Milan acaba de desembolsar 40 millones por Lucas Paquetá, volante ofensivo de 21 años, también de Flamengo. No hay que retroceder mucho hasta 2016, cuando Manchester City pagó 40 millones al Palmeiras por el pase de Gabriel Jesús (entonces de 19 años). De los argentinos, las dos mayores ventas en los últimos años fueron los 24 millones de dólares que Bayer Leverkusen saldó en 2017 ante River por el goleador Lucas Alario (hoy de 26 años) y los 23 millones que Inter le abonó a Racing en junio de 2018 por el atacante Lautaro Martínez (21).
Así como “la albiceleste” presentó en Rusia 2018 una selección lerda y envejecida, la de mayor promedio de edad del Mundial, los representantes en la liga que mayor trascendencia tuvo en los últimos años, la Premier League, son otro ejemplo de esa falta de recambio. 15 de los 16 jugadores que militan en el fútbol inglés tienen más de 27 años, justamente el promedio de edad del campeonato, al igual que en España e Italia. La única excepción es Juan Foyth, el defensor surgido en Estudiantes que juega en el Tottenham Hotspur de Pochettino tiene tan solo 20 años.
Una web que contabiliza a los futbolistas argentinos por el mundo, Axem, muestra una baja en los últimos años. De 40 que había en las ligas europeas 2011, en la temporada pasada había 35.
Argentina continúa siendo el país con más representantes en la actual liga española, con 27 jugadores, contra 19 de Brasil, 11 de Uruguay, nueve de Colombia, tres de Chile y uno de Perú. Sin embargo, en el año 2011 sumaba siete jugadores en los dos equipos más grandes de España (Messi, Mascherano, Milito, en Barcelona; Gago, Higuaín, Di María y Ezequiel Garay en Real Madrid), en la actualidad sólo Lionel Messi juega para un grande español. Los demás argentinos se encuentran en los clubes que no tienen mayor trascendía en el fútbol europeo. Con cuatro futbolistas, el equipo con más argentinos es el Leganés, que pelea por mantener la categoría.