En medio de la polémica por las medidas que quiere implementar el Gobierno para combatir la inseguridad, el oficialismo tiene listo un proyecto de ley que puede generar más debate: prevé que se le tome una muestra de ADN a todas las personas que cometieron un delito doloso, sin distinción de la gravedad, pulicó el portal minutouno.com
La propuesta prevé la ampliación a «todos los delitos dolosos» del Registro Nacional de Datos Genéticos Vinculados a Delitos Contra la Integridad Sexual. De acuerdo al borrador, el objetivo es el de «contribuir al esclarecimiento de la verdad a partir del almacenamiento y sistematización de la información genética asociada a una muestra o evidencia biológica obtenida en el curso de una investigación».
La iniciativa fue creada por la ministra de Seguridad Patricia Bullrich y cuenta con los avales de su par de Justicia Germán Garavano y del propio presidente Mauricio Macri. Solo resta que la firme el mandatario y la envíe al Congreso.
El impulso de esta propuesta se produce en medio del avance del proyecto para bajar a 15 años la edad de imputabilidad, de la intención oficial de expulsar a extranjeros que hayan delinquido o entrado ilegalmente al país y del avance de la compra de pistolas Taser.
Según informó el diario Clarín, entre los argumentos del proyecto, Bullrich expone que servirá por partida doble a la Justicia, ya que se podrá “identificar y condenar a los autores de delitos, así como para exculpar a personas erróneamente acusadas”. Mientras, en materia de la lucha contra la inseguridad, según la ministra contribuirá porque “provocará en futuros agresores una sensación de mayor control y de pérdida del sentimiento de anonimato e impunidad”.
La propuesta contempla una implementación gradual, con un cronograma en el que se incluyan progresivamente «los delitos de acuerdo a su gravedad, en la medida que se incrementen las capacidades operativas de los laboratorios forenses encargados del análisis de las muestras extraídas».
La toma de muestras se realiza a través de un hisopado en la garganta, que luego se incluye en el registro a través de un programa provisto por el FBI, que permite almacenar y digitalizar las muestras biológicas de los condenados y los rastros biológicos de autores desconocidos para luego buscar eventuales coincidencias de patrones.