El Movimiento de Resistencia Islámica, Hamas, que gobierna Gaza de facto, tomó este lunes el control del paso de Rafah, que conecta la Franja con Egipto, después de que la Autoridad Nacional Palestina (ANP) renunció a su administración, informó la facción palestina en un comunicado.
La Autoridad de Asuntos Civiles de la ANP dijo en un comunicado reproducido por la agencia palestina de noticias Wafa, que el retiro «se produce a la luz de los recientes desarrollos y prácticas brutales de las pandillas de facto», aludiendo a Hamas, en la Franja de Gaza.
El texto acusa a Hamas de «consolidar la división con sus medidas, la última de las cuales fue convocar, arrestar y abusar de nuestros empleados» por lo que «llegamos a la convicción de la inutilidad de su presencia allí debido a que Hamas obstaculiza su trabajo y sus tareas».
La decisión se debe a la ola de arrestos de miembros del partido nacionalista y laico Al Fatah, liderado por el presidente palestino, Mahmud Abbas, efectuados por Hamas en la franja en los últimos días para evitar que se conmemorasen los 54 años de vida de su partido.
El Ministerio del Interior del movimiento islamista detalló que durante la noche, los funcionarios de la ANP entregaron el control del paso al jefe de seguridad interior de Hamas, el general Tawfiq Abu Neim. También comunicó que mantendría el paso en funcionamiento «por el bien del pueblo palestino».
El portavoz de Hamas, Fawzi Barhoum, por su parte, aseguró que la retirada de la ANP del cruce de Rafah «es una continuación de la serie de medidas vengativas y punitivas contra nuestra gente en Gaza». Rafah es el único paso que conecta el enclave palestino -sometido a bloqueo por parte de Israel desde 2007- con el exterior, sin pasar por el país.
El paso ha estado bajo control del movimiento islamista desde que tomara el control por la fuerza en 2007, sin embargo en noviembre de 2017 Hamas entregó su administración a la ANP como parte del acuerdo de reconciliación alcanzado entre ambas facciones con la mediación egipcia que no se ha materializado, tras más de diez años de división política.
La tensión entre ambos rivales palestinos repuntó tras el reciente anuncio de Abbas de su intención de aplicar la orden judicial del Tribunal Constitucional de revocar el Parlamento palestino.