Decenas de miles de personas participaron en Francia del octavo sábado consecutivo de movilización de los chalecos amarillos, la primera de este año, que concluyó con enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad en París y otras localidades. Hubo 103 detenidos.
Según las primeras cifras dadas por el ministerio del Interior, alrededor de 25.000 franceses habían acudido a esta nueva convocatoria, frente a los 32.000 que concurrieron el sábado último.
Las protestas de los llamados chalecos amarillos -por la prenda reflectante que los identifica- se reprodujeron en distintos puntos del país, indiferentes a las concesiones del gobierno del presidente Emmanuel Macron.
Bajo el grito de «Macron dimisión» y «basta de injusticia fiscal», miles de manifestantes desfilaron sin mayores incidentes por las calles de la capital para reunirse pasado el mediodía en la plaza de la Municipalidad. Desde allí, unas 4.000 personas retomaron la marcha en dirección a la Asamblea Nacional, situada en la otra orilla del río Sena, informó el vespertino Le Monde.
Los primeros altercados se produjeron al inicio del trayecto, cerca de la sede de la Prefectura de Policía, cuando manifestantes encapuchados lanzaron piedras y botellas contra los agentes, que respondieron con gases lacrimógenos.
Pese a estos incidentes, la marcha siguió su curso y los manifestantes cruzaron el Sena hacia el barrio Saint-Michel para continuar su camino hasta el Parlamento.
Nuevos choques se produjeron más tarde a unos metros del lugar, sobre el puente peatonal Leopold-Sédar-Senghor que une las dos orillas del río a la altura del Jardín de las Tullerías, donde la policía volvió a lanzar gases y cargó contra los chalecos amarillos que intentaban atravesar esa pasarela, no incluida en el itinerario marcado para la protesta.
Mientras los manifestantes se dispersaban, grupos violentos multiplicaron los ataques contra los efectivos de seguridad con todo tipo de proyectiles, además de quemar contenedores de residuos, motos, autos y hasta una casa flotante en una amplia zona que fue desde el Museo de Orsay hacia el bulevar de Saint Germain, reportó la agencia de noticias Efe.
En esa arteria turística del barrio Latino policías antidisturbios y gendarmes reprimían a un grupo que prendió fuego a unas barricadas con las que bloqueaban la calle.
Caída la noche, la tensión aumentaba en la avenida de los Campos Elíseos, protagonista de choques violentos en las convocatorias previas.
Los altercados con las fuerzas de seguridad dejaron un número indeterminado de manifestantes heridos, golpeados con bastones y también con balas de goma, según consignó la agencia de noticias Ansa.
También un agente resultó herido al recibir el impacto de una bicicleta lanzada contra él desde varios metros de altura.
De momento, 103 personas fueron detenidas en la capital, de las cuales 101 quedaron bajo custodia, según informó la Policía de París.
En otras ciudades del país también se registraron incidentes, como en la sureña Toulouse, donde algunos manifestantes levantaron barricadas, al igual que en Ruan, Nantes o Rennes, según la emisora France Info.
Con esta nueva jornada de movilización, los denominados chalecos amarillos, un movimiento ciudadano nacido en rechazo al alza de los combustibles y que ahora aglutina el malestar general hacia las políticas de Macron, continúa su pulseada contra el gobierno.
Golpeado por esta protesta sin precedentes, el mandatario francés anunció el mes pasado una serie de medidas sociales y prometió en su discurso de Año Nuevo una vuelta al «orden republicano», sin lograr calmar el descontento.