Por José Odisio
Maxi Rodríguez corre por el predio Jorge Griffa. La última vez que lo había hecho era Bella Vista, no fue hace tanto, aunque pareció una eternidad repleta de malos resultados. La pretemporada leprosa tiene otro color. La presencia de La Fiera le pone un aura tranquilizadora, al menos por ahora.
Héctor Bidoglio también aparece en escena. Su interinato efectivo de dos partidos y los muchos «no» que tuvo la dirigencia en la búsqueda del entrenador, lo pusieron ante el desafío más importante de su carrera. Se lo ve convencido, como sucedió en esos partidos ante Patronato y los tucumanos, cuando no dudó en sacar a Bernardello y Leal y mandar pibes a la cancha. Bidoglio es un riesgo que asumió la dirigencia, su éxito o fracaso también repercutirá hacia arriba. Y si bien Boca será la primera prueba de fuego, sin dudas el Clásico del 10 de febrero tiene chapa de examen crucial. Bidoglio lo sabe.
Newell’s arrancó 2019 con caras conocidas. Chau Piris, Sarmiento y Zé Turbo. Y con dudas en Amoroso y Sills, que arrancan con pulgar abajo. Será importante poner en forma a Formica, Oviedo, Paredes y Leal (si se queda). Si el profe Álvarez responde, Newell’s sumará como refuerzos efectivos a cuatro jugadores que no estuvieron a pleno en este torneo. Ahora arrancan la pretemporada desde el día uno, no hay excusas.
Los hinchas terminaron con una sonrisa el 2018. Maxi y su sentido de pertenencia lo hicieron posible. Pero para que esa alegría se prolongue en el tiempo harán falta refuerzos, una buena pretemporada y que Bidoglio esté a la altura. Sino será sólo un espejismo.