El presidente Jair Bolsonaro anunció que Estados Unidos podría tener una base militar en Brasil, en el marco de su «preocupación» por el reciente apoyo militar ruso a la vecina Venezuela, y sostuvo que su gobierno deberá ejercer una «supremacía» en Sudamérica.
En una entrevista emitida anoche por el canal SBT, el mandatario también dijo que espera sanciones económicas o de algún tipo del mundo árabe y musulmán por su apoyo explícito a Israel.
Bolsonaro admitió por primera vez que Estados Unidos, país al que pretende visitar en marzo y a cuyo presidente, Donald Trump, dice admirar, podría tener una base militar en la principal economía latinoamericana, que posee el mayor ejército de Sudamérica.
«La cuestión física (de una base) puede ser simbólica, hoy en día el poder de las fuerzas armadas estadounidenses, chinas y soviéticas (sic) está por todo el mundo, independientemente de una base. Ahora, según lo que ocurra en el mundo, quién sabe qué podemos discutir (sobre) esa cuestión en el futuro», dijo el ex capitán del Ejército.
En ese sentido, destacó que Trump es «el hombre más poderoso del mundo» y que una visita a Washington para marzo fue conversada el primer día de su gobierno, el 1 de enero pasado al asumir en Brasilia, con el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo.
«Hay un preacuerdo para hacer la visita en marzo y tener un encuentro con Trump», dijo.
Bolsonaro aprovechó la entrevista, la primera que ofreció como presidente, para explicar su política de alineamiento con Estados Unidos e Israel.
En ese sentido, confirmó que la embajada en Tel Aviv se mudará a Jerusalén, siguiendo a Estados Unidos, Australia y Guatemala, decisión que fue repudiada por la Liga Arabe y la Autoridad Nacional Palestina.
«Yo no voy a dejar de reconocer la autoridad de Israel, que decide donde es su capital. La decisión está tomada, sólo falta decidir cuándo será implementada», sostuvo Bolsonaro.
Durante la campaña electoral el candidato del Partido de los Trabajadores, derrotado Fernando Haddad, denunció la posibilidad de que Bolsonaro cediera la base espacial de lanzamiento en Alcántara, estado de Maranhao, a Estados Unidos.