El presidente Emmanuel Macron afronta una semana difícil con la presentación el miércoles de un controvertido proyecto de ley que busca endurecer la política migratoria y de asilo en Francia, criticado incluso por algunos miembros de su partido.
Este proyecto de ley pretende, según el gobierno, reducir a un máximo de seis meses el proceso de solicitud de asilo, facilitar el proceso de reconducción a la frontera de los migrantes que no hayan obtenido el asilo y mejorar la integración de aquellos admitidos en el territorio francés.
Pero desde hace meses crece una polémica sobre este texto que divide incluso a la mayoría centrista -compuesta de personalidades de la derecha y de la izquierda moderadas- con voces que denuncian una ley «represiva».
Pero la medida que más críticas ha recibido es el aumento del periodo de retención administrativa de los inmigrantes en proceso de expulsión que pasaría a 90 días, el doble del límite actual.
Como muestra del descontento, el personal de la Corte nacional de derecho de asilo en Francia (CNDA) y la Oficina francesa de protección de refugiados y apátridas (Ofpra) estarán en huelga el miércoles contra esta ley que los sindicatos ven como «una ruptura incuestionable con la tradición de asilo de Francia».
La inmigración fue uno de los temas centrales de la campaña presidencial de 2017, año en el que Francia registró más de 100.000 solicitudes de asilo. A éstos se añaden los migrantes que llegan por motivos económicos que buscan quedarse en Francia o los que buscan cruzar a Reino Unido.
Según un sondeo reciente del instituto BVA, los franceses están en su mayoría a favor del derecho de asilo, pero el 63% de los encuestados estiman que «hay demasiados inmigrantes en Francia».
Las medidas de Macron en materia migratoria no terminan de convencer: los simpatizantes de la izquierda estiman que es demasiado represiva y carece de humanismo, mientras que los de la derecha consideran que es demasiado blanda.
Para Marine Le Pen, líder del ultraderechista Frente Nacional (FN) y finalista en la elección presidencial de mayo pasado, este proyecto de ley va a «acelerar» la inmigración.
Pero para el ministro del Interior, Gérard Collomb, el proyecto de ley que será presentado ante los ministros el miércoles antes de pasar al Parlamento es «totalmente equilibrado». «Retoma dos grandes principios: Francia debe acoger a los refugiados, pero no puede acoger a todos los inmigrantes económicos».