El destino de la salud del corazón se juega en la panza, dado que la verdadera prevención comienza aún antes del nacimiento, afirmaron hoy especialistas durante el 79 Congreso de la Sociedad Italiana de Cardiología (SIC).
«En el embarazo es esencial mantener un estilo de vida sano: los malos hábitos maternos pueden conllevar modificaciones en la expresión de los genes del hijo, que se asocian a un aumento del riesgo cardiovascular sucesivo», señaló Ciro Indolfi, presidente de la SIC.
El especialista afirmó que «nunca es muy temprano para pensar en la salud del corazón de nuestros hijos, y un modo para hacerlo es evitar un nacimiento prematuro».
«Para ello hay que evitar las condiciones maternas que lo favorezcan, como una dieta insuficiente, bajo peso, disfunciones de la placenta, tabaco y dependencia de sustancias o fármacos», precisó.
Pensar en la salud cuando ya se es adulto «puede ser tardío», porque «el destino empieza a escribirse antes del nacimiento, o cuando somos niños o adolescentes: ser sedentarios antes de los 18 años se asocia a un mayor riesgo de enfermedades», aseguró Indolfi.
Así, los cardiólogos subrayaron la importancia de la prevención «hiper-primaria», es decir, desde la concepción hasta los 18 años, y aclararon que el ejercicio físico es el «mejor método» para proteger al corazón desde niños.
En ese sentido, precisaron que según recientes recomendaciones de líneas guía estadounidenses sobre la actividad física, la «dosis» de movimiento necesaria cada día es de al menos tres horas entre los tres y los cinco años, y de al menos 60 minutos de los seis a los 17.
«Lamentablemente, según estimaciones, apenas el 3% de los niños y jóvenes alcanza el objetivo, con posibles repercusiones negativas a largo plazo», señaló Giuseppe Mercuro, ex presidente la SIC.
Y completó: «La actividad física tiene un rol importante y en muchos casos superior a la terapia farmacológica en la prevención y tratamiento de enfermedades cardiovasculares que, a la larga, son provocadas por el sedentarismo: el 9% de las muertes prematuras es atribuible a la inactividad física, un ‘peso’ similar al del tabaco».