Por Alberto Fuentes
(La imagen corresponde a otros tiempos, esos en los que el cielo se tocaba con las manos)
Si algo salva a Llop es que el equipo del Parque hoy no jugó mal, mostró empeño y deseos de superar una serie de derrotas que son como una espada de Damocles que si no cortó una cabeza es porque a ciencia cierta no se sabe qué cabeza hay que cortar en una institución que sacrificó a jugadores de la talla de Maxi Rodríguez, Nacho Scocco y otros.
Esos otros que le dieron al club esa luz que hoy falta y que hace todo tan sombrío. Pero como todo tiene que ver con todo, como se dijo en anteriores comentarios: “no se puede desvincular lo institucional de lo que ocurre en el campo de juego, porque cuando un a pieza falla las demás no funcionan como deben”.
El cuestionado Llop dijo que “Tuvimos el 60% de posesión de pelota, ellos nos hacen un gol de segunda jugada y nosotros tuvimos dos mano a mano muy claros, 13 remates al arco, es un síntoma de que ellos pueden, hay que tratar de que se vea en el resultado, y que eso pase en lo inmediato”. No le falta razón ¿Seguirá? ¿Debe seguir? Y en todo caso: ¿Solo sobre el técnico caen las responsabilidades? Lo institucional leproso no anda lo bien que debiera y así lo informael diario Clarín cuando publicó: “Otro escándalo hace tambalear la vida institucional de Newell’s. El juez que maneja el fideicomiso hizo una presentación ante la Justicia para que se investigue al presidente Eduardo Bermúdez y al secretario José Menchón por avalar un pago de nueve millones de pesos a la AFA que no fue informado al juzgado. El cortocircuito entre la Comisión Directiva y el magistrado no hace más que desnudar una crisis sin precedentes en la historia del club”.
Tal vez el escándalo sin precedentes sea una exageración periodística, es posible, pero estas cosas terminan pegándose en los botines.