Estados Unidos sigue conmovido por la matanza de 17 personas consumada ayer en un colegio de Florida, y las primeras informaciones sobre las motivos que llevaron a Nikolas Cruz, un ex alumno de 19 años, a convertirse en un asesino múltiple, no contribuyeron a superar el shock y alimentaron la desconfianza hacia las instituciones.
Por un lado, la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) admitió hoy que hace cinco meses fue alertada de que el joven dijo, en una filmación en You Tube, que quería convertirse en un “tiroteador escolar profesional”.
Por otro, Nikolas Cruz fue vinculado con el grupo supremacista blanco República de Florida (ROF, por sus siglas en inglés), según la organización judía Liga Antidifamación, citada por la agencia DPA.
En su página web, el ROF se describe como una «organización de derechos civiles blancos» que busca crear un «etnoestado blanco» en Florida.
Jordan Jereb, presunto líder del ROF, le dijo a la Liga Antidifamación que Cruz tiene una relación con su grupo.
El agente del FBI encargado de la oficina en Miami, Rob Lasky, dijo hoy que en septiembre último investigaron una denuncia sobre un comentario publicado en una cuenta de YouTube de un usuario en Misisipi, en la que se amenazaba con disparar en una escuela, sin mayores detalles, según la agencia Efe.
Empero, aseguró Lasky a la prensa, fue «imposible localizar» quién hizo ese comentario y si tiene vinculación con el sospechoso de la matanza de este miércoles, que hoy comparecerá por primera vez ante el juez tras ser acusado por la policía de 17 asesinatos premeditados.
«No hubo otra información en el comentario que indicara un momento, lugar o identidad real de la persona que hizo el comentario», dijo Lasky sobre la cuenta del dueño del video donde se hizo el posteo, Ben Bennight, que fue entrevistado oportunamente por agentes del FBI y ahora volvió a ser contactado, indicaron medios locales.
Más allá de estas dos informaciones, la policía sigue trabajando para conocer los motivos que llevaron a Cruz a abrir fuego sobre profesores y alumnos de la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas, de la que fue expulsado el pasado curso por comportamiento violento, y donde todavía permanecen varios cuerpos.
Tras el ataque, el joven, que fue imputado por homicidio premeditado, se entregó mansamente a la policía.
De la quincena de heridos que llegaron a los hospitales cercanos tres permanecen en estado crítico, mientras que los demás están en condición estable o ya fueron dados de alta.
La fiscal general de Florida, Pam Bondi, dijo emocionada que el sospechoso «brutalmente asesinó» a 17 personas, algunas de 14 años, y que hará todo lo posible para que se haga justicia a la masacre en la escuela de secundaria de Parkland, que recibirá próximamente la visita del presidente Donald Trump.
De todos modos, no se difundieron oficialmente las indentidades de las víctimas, aunque sí trascendió el nombre de Sol Duarte, una argentina de 14 años, que es alumna del colegio y afirmó en declaraciones telefónicas a Télam que vio cadáveres y “sangre por todos lados”.
El gobernador de Florida, Rick Scott, aseguró hoy que la próxima semana se reunirá con congresistas estatales para que no haya una nueva tragedia como esta, y opinó que para garantizar que los niños estén seguros en las escuelas las personas con «problemas mentales» no deben tener acceso a armas.
En el mismo sentido se manifestó el superintendente de las escuelas de Broward, Robert Runcie, según quien debe haber una «conversación real» para un mayor control de las armas y más fondos para instituciones que atienden a jóvenes con problemas mentales.
Las investigaciones apuntan a que Cruz activó la alarma de incendios y cuándo estos comenzaron a evacuar el centro comenzó a disparar en los pasillos. Posteriormente siguió a alguno de ellos que se habían escondido en los salones de clase y volvió a usar el rifle semiautomático que había comprado legalmente el año pasado.
La legislación de Florida permite que las personas mayores de edad puedan adquirir armas de fuego. Cruz, de 19 años, pudo comprar el año pasado de manera legal un fusil semiautomático AR-15, la versión civil del M-16 militar, gracias a esa legislación.
La Asociación Nacional del Rifle (NRA), el mayor grupo de presión contrario al control de armas de fuego en Estados Unidos, que destina millones de dólares a proteger la Segunda Enmienda de la Constitución y el derecho a portar armas, ha denominado a la AR-15 como el «rifle más popular» del país.
Isaac Briones, alumno de noveno grado del centro, dijo a Efe que nada más escuchar los disparos se escondió en su aula de computadoras, y permaneció así durante dos horas hasta que un policía le rescató.
Durante ese tiempo no podía pensar en nada, con la «mente en blanco», explicó Briones, que llevó junto a su familia unos globos blancos en memoria de las víctimas de la masacre.
Por su parte, David Hoog, alumno de último año, declaró que lo que más recuerda de lo sucedido es el «miedo» en las caras de sus compañeros y cómo un portero del colegio, de origen hispano, se convirtió en un «héroe» al evitar que una «marea” de personas se dirigieran despavoridas hacia los disparos.
Hoog, cuya hermana perdió ayer a dos de sus mejores amigos, urgió a los políticos para «no se repita un tiroteo» como el de su escuela «una y otra vez», pues es una situación «inaceptable» y si las leyes fuesen más restrictivas en la venta de armas las «ideas» de matanzas se quedarían en eso y no había tantos niños muertos.
Todos las víctimas fueron identificadas y los familiares informados, pero los nombres no han sido divulgados, dijo el jefe de policía de Broward, Scott Israel. Empero, se sabe que uno de los fallecidos es un entrenador de fútbol americano y vigilante de la escuela, Aaron Feis, que murió al proteger con su cuerpo a varios jóvenes.
Otro de los fallecidos fue un profesor de Geografía, que se sacrificó para salvar la vida a sus alumnos, según explicó a los medios la estudiante Kelsey Friend.