«Es un día triste, porque la gente decidió no votar», dijo a la AFP Beatriz Pallarés, de 56 años, en un desierto centro electoral en el municipio caraqueño de Chacao, tradicional bastión opositor. «Jamás voy a entregar mis derechos», añadió tras votar en estas elecciones que comprenden a 335 concejos municipales. Imágenes similares se observaban en varios sectores de Caracas recorridos por la AFP. «Hay muchísimo descontento», apuntó otro votante, Jaime Caicedo, sobre el proceso que según analistas estará marcado por una alta abstención debido a la desconfianza en el voto, la inhabilitación de partidos opositores y el hartazgo ante una grave crisis socioeconómica. Sin embargo, tras sufragar en el oeste de la capital, Maduro celebró que los venezolanos «están ejerciendo su derecho al voto libremente». El poderoso dirigente chavista Diosdado Cabello aseguró que no hubo las colas del pasado porque el sistema de votación automatizado es ágil, evitando aglomeraciones. En medio de fuertes presiones diplomáticas de cara a su posesión para un segundo mandato el próximo 10 de enero, Maduro renovó sus denuncias sobre un complot para derrocarlo. «Está en marcha, y lo coordinan directamente desde la Casa Blanca, un intento por perturbar la vida democrática de Venezuela» con «un golpe de Estado», dijo, y sostuvo que detrás también está Colombia. Maduro fue reelegido el pasado 20 de mayo para el período 2019- 2025, en unas votaciones con alta abstención y desconocidas por Estados Unidos, la Unión Europea y varios países de Latinoamérica. El pasado viernes, Perú anunció que propondrá al Grupo de Lima, alianza de 14 países críticos con Maduro, romper relaciones con Venezuela tras la asunción presidencial. Una masiva migración hacia países vecinos por los estragos de la crisis, con escasez de alimentos y medicinas y una inflación que el FMI calcula en 10.000.000% para 2019, ha estrechado el cerco internacional. Según la ONU, 2,3 millones de venezolanos se fueron desde 2015. A la espera del primer boletín de resultados del Consejo Nacional Electoral (CNE), el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, acompañado por el alto mando militar, dio por cerrada la jornada, calificándola de «exitosa». Unos 150.000 militares y policías custodiaron los centros de votación. – Apatía y abstención El chavismo espera fortalecer su dominio con la elección de 2.459 ediles en 335 concejos municipales, de los cuales la oposición controla actualmente una cuarta parte. El camino parece despejado, pues los principales partidos opositores fueron inhabilitados por el Consejo Nacional Electoral (CNE) tras boicotear las presidenciales. «El oficialismo va a capturar la mayoría de las cámaras municipales con un nivel de abstención histórico», comentó a la AFP Félix Seijas, director de la encuestadora Delphos. «Más allá de la hostil y agresiva campaña que se desata en el mundo entero, Venezuela sella un ciclo virtuoso democrático», declaró Tareck El Aissami, vicepresidente de economía y estrecho colaborador de Maduro. «El próximo 10 de enero (…) comienza un nuevo ciclo histórico», agregó. La votación de este domingo fue el último eslabón de una cadena de elecciones convocadas por la oficialista Asamblea Constituyente, que en la práctica desplazó al Parlamento, único poder en manos de la oposición. La oposición acusa a Maduro de haber puesto a su servicio los poderes electoral y judicial, mientras que la cúpula de la Fuerza Armada declara frecuentemente su «lealtad» al mandatario socialista. – Fracturas opositoras Surgida entre protestas opositoras que dejaron unos 125 muertos en 2017, la Constituyente llamó a elegir alcaldes, gobernadores y presidente con nuevas reglas, saltándose los plazos estipulados, con arrolladores triunfos del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), lo que ahondó las fracturas opositoras. Esas divisiones resurgieron este domingo. «Las elecciones de hoy son una burla que el país no cree, por eso están los centros vacíos», escribió en Twitter Julio Borges, expresidente del Parlamento, exiliado en Bogotá. En contraste, Henry Falcón, único dirigente de peso que desafió a Maduro en las presidenciales, pedía participar. «No podemos quedarnos en la casa mientras otros resuelven nuestros problemas», expresó. Diosdado Cabello, quien preside la Constituyente, ironizó sobre lo que considera excusas de la oposición ante la pérdida de apoyo. «Seguro van a decir no solo que no hay votantes, sino que hay fraude».]]>
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