Por Emilia Ottogalli El pasado 25 de noviembre se conmemoró el Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres y, en el marco del mismo, se realizarán diferentes actividades hasta el 10 de diciembre. En esta ocasión el colectivo «Mujeres de negro» de Rosario se concentró frente a los Tribunales para pedir justicia por todos los femicidios que se han dado en el último tiempo. CLG dialogó con Marta Pérez, coordinadora del mismo, para conocer más sobre la lucha y el reclamo. «Es una interpelación a la Justicia porque las mujeres que sufren violencia de género no están siendo protegidas. Sino no tendríamos estas cifras alarmantes de femicidios», explicó Marta. Según relevamientos, desde el 1º de enero al 2 de noviembre de 2018 hubo 251 casos. En ese sentido, añadió: «Hay que pensar que se toman los que salen en los diarios, y hay algunos que no se publican. Siempre hay una cifra negra que no se conoce». «La sociedad estaba acostumbrada a que la violencia era familiar y no había que meterse. Ha costado entender que eso es público, no privado», comentó. Y ese es uno de los ejes principales de su trabajo. «No mires para otro lado, no seas cómplice. Mínimamente llamá a la policía», piden desde el colectivo con fervor. Lo que se busca es inculcar la idea de que se puede ayudar. Que con un simple llamado, aunque sea anónimo, se puede cambiar la realidad de alguien, e incluso, salvar una vida. «Si yo siento que al lado de mi casa le están pegando a una mujer, tengo que llamar al 911. Si no llamo y hay un femicidio, soy cómplice», ejemplificó. Marta se refirió, además, a la concepción de los femicidas como «enfermos» o vinculados directamente a las adicciones, y aseveró que no siempre es así. «Son psicópatas, normalizan lo que hacen. Él sabe que matar está mal, pero si la mata a la mujer porque no le tenía la comida caliente, está bien», detalló. El trabajo de «Mujeres de negro» no se limita a una semana al año o a un reclamo frente a Tribunales. Ellas se encargan de pedir justicia de varias maneras y también de brindar ayuda y apoyo a mujeres víctimas de violencia de género. Su forma de reclamar se centra en la paz, y por eso, contó la coordinadora, los primeros jueves de cada mes se juntan en Córdoba y Moreno «vestidas de negro y en silencio con los carteles de las víctimas de femicidios de la provincia visibilizando lo que pasa». «En silencio, para demostrar la falta de voz de las mujeres no solamente en los femicidios, sino a lo largo de toda la historia», señaló Marta. Un silencio al que ellas le encontraron otra cara y que utilizan como símbolo, pero que se siente más que cualquier grito.]]>
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