Los arrebatadores, los ladrones, ya no tienen escrúpulos, no respetan horarios, ni presencia de personas. Menos aún lugares, como que pocos minutos antes de escribirse esta noticia, consecuencia del hecho delictivo, una joven fue víctima del arrebato de su cartera por parte de dos delincuentes a dos cuadras de la Comisaría Segunda.
El hecho ocurrió en calle 3 de Febrero entre Corrientes y Paraguay, y se suma a la larga lista de robos ocurridos en esa zona. Los sujetos comenzaron a correr, arrebataron el bolso de la chica en presencia de vecinos y huyeron rápidamente. La víctima quedó en estado de shock y angustiada. Algunos transeúntes llamaron al 911 aunque se desconoce si los malvivientes fueron atrapados.
Esta escena, lamentable por cierto, se repite en toda la ciudad de Rosario, ciudad en la que, como sabe el lector, suceden hechos más terribles. Esto es el resultado, sin dudas, de políticas económicas nefastas, que rigen desde hace mucho tiempo con la consecuente pobreza; políticas educativas lamentables y, desde luego, una conducción política, policial y judicial que no sabe o no quiere frenar esta ola de sucesos que angustian a la sociedad.
Un pseudo garantismo político y judicial que ha contribuido a la cultura del “vale todo”, es en gran medida el responsable de esta situación. Pseudo garantismo, claro, porque aquí se confunde garantías con nada de castigo, o con condenas que son hilarantes. Así estamos en Argentina, en esta provincia y en la ciudad de Rosario, robos a más no poder y negocios que atienden a puertas cerradas.