“La nueva fecha será analizada el martes”. Tuit de la Conmebol, publicado el domingo a las 14.24. Casi tres horas antes del comienzo de un partido que nunca debió ser reprogramado y que, por supuesto, fue suspendido. Todo ahora se trasladará a Paraguay. En la capital de ese país se bajará el martillo que sentenciará el destino del River-Boca. Sin embargo, Angelici sostiene su postura y continuará pidiendo los puntos (la descalificación del Millonario por los incidentes del sábado pasado).
Desde jugarlo en Estados Unidos, hasta disputarlo directamente en Abu Dhabi para que el ganador se quede a disputar el Mundial de Clubes. También se contempla la chance de que el partido no se juegue: claro, si prospera el pedido de Boca, que va por todo. Todas esas son las opciones que comenzaron a revolotear tras un fin de semana para el olvido y que dejó mucha tristeza en el ambiente futbolero.
La Confederación Sudamericana de Fútbol resolvió entonces que el martes a las 10 de la mañana, en Asunción, los presidentes de las dos instituciones se reunirán con Alejandro Domínguez, mandamás de la Conmebol, para resolver los pasos a seguir.
Domínguez mismo se encargó de aclarar que la final “se va a jugar”, más allá del pedido de Boca. En la misma sintonía, Rodoldo D’Onofrio, presidente de River, dijo que si el Xeneize se queda la Copa Libertadores “por escritorio” sería “una de las más grandes traiciones que podría hacer alguien”.
En contrapartida, Angelici, principal directivo de la entidad xeneize, disparó: «Nos debemos al hincha de Boca. Yo soy un convencido que los partidos se ganan y se pierden dentro de la cancha, muchas veces tengo que privarme de lo que pienso personalmente, esperemos que el Tribunal de Disciplina de la Conmebol revise y conteste el expediente”.
Boca sigue firme, River espera agazapado y piensa la estrategia para defenderse. La pelota ahora la tiene la Conmebol y dará un puntapié más que importante el próximo martes, cuando se empiece a definir el destino de la “final sin final”.