Mientras la UCR agita la interna con el PRO dentro de Cambiemos y el Gobierno prepara una cena con los radicales para pactar una tregua, la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, mantiene el silencio y la advertencia hacia adentro de que no aceptará ningún acuerdo que acerque al oficialismo con el PJ.
«Mantiene su postura, nunca quiso saber nada con el PJ», aseguraron allegados a la diputada nacional sobre la posibilidad tender puentes con el peronismo de cara a las elecciones de 2019.
La aclaración surgió a partir de las declaraciones del ministro del Interior, Rogelio Frigerio, que esta semana en una entrevista con NA afirmó que «hay que ampliar la base de sustentación política de Cambiemos» y dijo que su objetivo es sumar dirigentes del Justicialismo.
Carrió está molesta con Frigerio por cómo manejó la negociación del Presupuesto 2019, ya que a su entender hizo muchas concesiones al PJ, y también por sus constantes «intentos de acercar» peronistas al frente oficialista.
Pese a su bajo perfil de las últimas semanas, que piensa mantener al menos hasta que finalice el G20, la líder de la CC dejó trascender que ella ya les había advertido a radicales y macristas que el peronismo se traía algo entre manos con el Consejo de la Magistratura.
Fue a través de la diputada nacional Marcela Campagnoli, que este jueves dijo que el Gobierno «se preocupó demasiado por el Presupuesto», pero «el PRO y la UCR no vieron venir la maniobra».
Para la chaqueña, el arrebato de una silla en el Consejo de la Magistratura «fue la segunda parte de un plan» del PJ para «garantizarse impunidad» y culpa a sus socios por no haberlo impedido.
El primer paso de ese proyecto opositor fue haberle impedido asumir como presidenta de la comisión bicameral de Seguimiento y Control del Ministerio Público, a principios de octubre pasado.
Carrió evalúa que todo está unido, pero en la Casa Rosada la culpan a ella por haber impugnado al juez santiagueño Sebastián Argibay y molestar con eso al gobernador Gerardo Zamora, quien luego instruyó a sus diputados para acompañar el emprendimiento peronista y aportar respaldos fundamentales a la mayoría opositora.
En medio de esa interna, Frigerio, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y posiblemente María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta se juntarán a cenar el próximo martes en Buenos Aires con el presidente de la UCR, Alfredo Cornejo, los gobernadores Gerardo Morales (Jujuy), Gustavo Valdés (Corrientes), y los legisladores Mario Negri y Luis Naidenoff.
Carrió, la tercera pata del frente Cambiemos, no fue invitada y, tal como blanqueó Campagnoli, hace «más de un mes que no es convocada» por la Casa Rosada para participar «de decisiones estratégicas».
«No se hablan desde hace un par de meses con (el presidente Mauricio) Macri», afirmó un allegado a la legisladora nacional en declaraciones a NA.
La última vez que se vieron fue el 11 de octubre último, en pleno conflicto por el pedido de juicio político que Carrió presentó contra el ministro de Justicia, Germán Garavano.
Ese día, se cruzaron en un acto público sobre Pymes en el Centro Cultural Kirchner (CCK), y solo intercambiaron un frío saludo.
Poco después, la diputada de la CC lanzó la frase que congelaría totalmente su relación con el Gobierno: «En la lucha contra la corrupción, perdí la confianza en el Presidente», dijo sentada en la mesa de Mirtha Legrand.