El movimiento de protesta contra el aumento del combustible en Francia conocido como los «chalecos amarillos» llamó hoy una nueva manifestación para el próximo sábado, tras los disturbios que se produjeron en la marcha de la víspera los Campos Elíseos de París.
A través de las redes sociales, el grupo llamó a los descontentos a tomar la célebre avenida parisiense para pedir la renuncia del presidente, Emmanuel Macron, a quien consideran responsable de la nueva tasa impositiva sobre los carburantes que inició el movimiento.
El próximo será así el tercer sábado consecutivo de protestas que comenzó el pasado 18 de noviembre con bloqueos de carreteras y centros logísticos por todo el país, que se prolongó con menor intensidad a lo largo de la semana y que ayer desembocó en violentos disturbios en la capital.
Según la agencia de noticias EFE, unas 8.000 personas invadieron la céntrica avenida parisina pese a la prohibición expresa de manifestar en ese punto de la ciudad, lo que provocó enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, que la desalojaron con gases lacrimógenos y cañones de agua.
Algo más de 40 personas fueron arrestadas en París, 130 en todo el país, donde en total los «chalecos amarillos» hicieron más de 1.600 acciones de bloqueo y concentraron a 106.000 personas, según los datos del Ministerio del Interior.
Los «chalecos amarillos», que carecen de una estructura estable, no ofrecieron cifras alternativas.
El ministro del Interior, Christophe Castaner, culpó de los actos violentos a grupos de ultraderecha de Marine Le Pen, que la víspera había alentado a saltarse la prohibición de manifestarse en los Campos Elíseos.
En paralelo, Macron prepara una respuesta política a las reivindicaciones de los manifestantes no violentos y, según publica hoy el semanario Le Journal du Dimanche, creará un alto consejo para el clima, en el que incluirá las diferentes medidas ecológicas y las ayudas para los hogares más humildes.
El Gobierno inscribe el alza de impuestos dentro de una política de reducir el consumo de combustibles fósiles como parte de su plan para reducir las emisiones contaminantes y proteger el ambiente.
En ese contexto, el alto consejo por el clima estará compuesto de expertos como la negociadora francesa de la COP21 Laurence Tubiana, el presidente de WWF Francia, Pascal Canfin, o personalidades del Grupo de Expertos Intergubernamental de la ONU (GIEC).
Su labor será supervisar las medidas del Gobierno en materia ecológica y, también, adoptar medidas de ayuda para los afectados por ellas.
De esa manera, pretende responder a las reivindicaciones de los «chalecos amarillos», cuyos representantes, al igual que los sindicales y de otros colectivos, serán llamados a negociación, según el semanario.
Además del anuncio de ese consejo, Macron deberá el martes marcar las líneas generales de la política energética de Francia, lo que puede incluir el cierre de centrales nucleares y una decidida apuesta por las renovables.