El gobierno británico y la Unión Europea (UE) intentarán firmar el domingo, en Bruselas, el principio de acuerdo alcanzado la semana pasada entre ambas partes, para la salida del Reino Unido (Brexit) del bloque comunitario en marzo de 2019.
A pesar de los obstáculos que aún están pendientes de análisis como la situación del Peñón de Gibraltar, un territorio de ultramar británico cuya soberanía reclama España, la primera ministra británica, Theresa May declaró el viernes que el acuerdo final sobre el Brexit está «a nuestro alcance», luego que se acordara una declaración política sobre las futuras relaciones entre el Reino Unido y la UE.
El avance abrió el camino para la cumbre especial de mañana, en la que se espera que los líderes de los 27 estados de la UE restantes aprueben el acuerdo que establezca los términos de la salida del Reino Unido del bloque.
El sábado, la primera ministra dijo que la declaración política sobre las relaciones posteriores al Brexit acordada con Bruselas es «el plan adecuado para Reino Unido». También dio detalles a la Cámara de los Comunes y explicó que el acuerdo presentaba la posibilidad de una zona de libre comercio con arancel cero con la UE, con lo que espera convencer a algunos de los parlamentarios de su partido que han expresado grandes dudas sobre su plan del Brexit.
Sostuvo que el acuerdo cumple con el voto del referéndum, recupera el control de las fronteras, el dinero y las leyes, protege el empleo, la seguridad y la integridad de Reino Unido. Trascendió también que el texto del acuerdo, permitiría que el período de transición de 21 meses después del día del Brexit se extendiera más allá de la fecha prevista para la próxima elección general en junio de 2022.
El borrador confirma que la futura relación debe respetar la soberanía de Reino Unido y su derecho a desarrollar una política comercial independiente, así como poner fin a la libre circulación de los ciudadanos de la UE.
El problema de la frontera con Irlanda también habría quedado resuelto con la posibilidad de utilizar la tecnología, para evitar barreras físicas que impidan la libre circulación con Irlanda del Norte.
El acuerdo de May generó una crisis política que hizo tambalear su gobierno durante la última semana y por el cual renunciaron dos de sus principales ministros partidarios del Brexit. En ese sentido, la principal ministra escocesa, Nicola Sturgeon, rechazó completamente el acuerdo y lo calificó como «un montón de unicornios reemplazando a los hechos sobre la futura relación».
A su vez, el líder de la oposición en el Reino Unido, el laborista Jeremy Corbyn, calificó el texto pactado entre el gobierno británico y la Comisión Europea representa «lo peor de los dos mundos».
Si May logra que se firme el acuerdo, deberá presentarlo ante el Parlamento para su aprobación, un ámbito donde menos apoyos tiene su documento y corre el riesgo de ser rechazado.