Máximo Menem, el hijo del ex presidente Carlos Menem y la conductora de TV Cecilia Bolocco, fue dado de alta hoy, tres días después de haber sido sometida a una compleja operación en la que le extrajeron un tumor de la cabeza en una clínica de Santiago de Chile.
Tras la operación, los medios captaron la salida de Máximo del sanatorio, caminando y muy sonriente. Mucha gente se mostró extrañada y confundida cuando el chico apareció con pelo en su cabeza, al suponer que lo iban a rapar. Ante la ola de consultas, aquí explicamos cómo fue la operación del hijo de Carlos Menem, la cual no requirió cortar ni un pelo de su cabeza.
Tener un tumor en el cerebro es una noticia que nadie quiere recibir. No sólo por el pronóstico que a menudo acompaña a esa dolencia, sino por la dificultad de su abordaje. Incluso cuando se trata de un tumor benigno, el paciente se suele tener que enfrentar a una cirugía compleja, larga y aparatosa o, al menos, era la norma hasta hace muy poco tiempo.
Sin embargo, algo está cambiando en los últimos años en el tratamiento de este grupo de patologías. La vía transesfenoidal implica utilizar dos orificios naturales del cuerpo, los de la nariz, para extirpar con endoscopia tumores en este importante órgano.
Los afectados por tumores en la hipófisis, una glándula situada «justo en el centro del cráneo», como explica a El Español el jefe del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Universitario Quironsalud de Madrid, Carlos Ruiz Escudero, son de los más beneficiados por este tipo de cirugía, de la que se llevan a cabo en el centro madrileño más de 20 cada año.
Los tumores en la hipófisis se suelen manifestar con problemas de visión o por problemas asociados a alteraciones en la secreción de importantes hormonas. Hace apenas unos años, extraerlos era un proceso aparatoso. «Se levantaba el labio superior, se entraba a través de la mucosa y, de alguna forma, no se tenía en cuenta la nariz, que es un órgano muy importante», comenta Ruiz.
Para llevar a cabo esta cirugía hay dos parámetros clave; en primer lugar, la tecnología, ya que los médicos utilizan un neuronavegador que ayuda a los cirujanos a conocer con exactitud en qué punto de la anatomía del paciente se encuentran en cada momento. En segundo, la colaboración interdisciplinar, ya que neurocirujanos y otorrinos trabajan mano a mano para hacer la operación mucho más cómoda para el paciente.
«Con este tipo de cirugía, que se lleva a cabo con anestesia general, el enfermo sólo pasa entre tres y cinco días en el hospital, básicamente hasta que se le retira con éxito el taponamiento de las vías nasales establecido después de la operación», subraya el experto.
No sólo los habitualmente benignos tumores de hipófisis se extirpan a través de los agujeros de la nariz. Según señala el otorrinolaringólogo, por esta vía también se han sacado tumores malignos como gliomas. «Todo depende del tamaño y de la situación», apunta.
Además, no todo está dicho con respecto a esta forma de operar. «La nariz es una puerta al cerebro que se está descubriendo, todavía no sabemos hasta dónde se va a llegar», concluye el especialista.
Fuente: El Español