Se trata del diputado nacional por el Movimiento Evita Leonardo Grosso, legislador desde el año 2011, quien con su mensaje se convirtió en el primer diputado nacional en «salir del closet» mientras ejerce su cargo. En un emotivo mensaje, además de expresar las razones que lo llevaron a divulgar algo de su vida privada, usó como referencia a Carlos Jáuregui, el emblemático activista de la comunidad LGBT que luchó por los derechos de los homosexuales en una época en la que hacerlo podría haberle costado la vida y que sentó las bases para que esta minoría ganara terreno con el correr de los años.
La fecha elegida por Grosso no es casualidad. Esta tarde se llevará a cabo una nueva edición de la Marcha del Orgullo Gay en la ciudad de Buenos Aires, y según le dijo a Infobae, este año va participar de la movilización como lo hizo ya muchas veces. La carta, acompañada con una foto de él dándole un beso a su pareja, refleja de cierta manera el proceso que le llevó tomar la decisión.
«Soy Marica y así elijo nombrarme. Como decía el compañero Jáuregui ‘en una sociedad que nos educa para la verguenza, el orgullo es una respuesta política’. Al closet no nos empujan nunca más. ¡Feliz día de la militancia!», escribió el diputado como final a una carta que en segundo tuvo gran repercusión.
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El legislador contó que lo hizo en parte como respuesta «al difícil contexto de discriminación» que se agudizó en la región con el surgimiento de gobiernos como el de Jair Bolsonaro en Brasil, un dirigente abiertamente homofóbico. «Lo hice porque acá también la situación es difícil y que pasaban cosas que quiero que pasen. Hay una dirigencia con poca reacción cuando hay situaciones de discriminación después del capítulo maravilloso que vivimos en la Argentina hace algunos años cuando salió por ejemplo la Ley de Matrimonio Igualitario. Acá hace poco metieron presa a una piba por besar a su novia o echaron a dos pibes de una pizzería», recordó.
Entre varios detalles, dijo que tomar esta decisión le llevó mucho tiempo y que sin dudas «fue sacarse una mochila de encima». «Me costó un montón. Fueron años. No es que te levantas un día y decís ‘voy a decir que soy gay’. Es un proceso de aceptarse, de construirse y de entender que uno no tiene un problema», agregó.